El Pleno se despide de uno de sus ujieres más veteranos y uno de los grandes conocedores de la Casa de la Villa

Europa Press Madrid
Actualizado: viernes, 28 mayo 2010 19:53

MADRID 28 May. (EUROPA PRESS) -

El próximo 31 de mayo será el último día de trabajo para Ángel de la Fuente Cuesta, uno de los ujieres más veteranos del Ayuntamiento de Madrid, con 46 años de experiencia a sus espaldas, y una de las personas que puede vanagloriarse de conocer como nadie la Casa de la Villa.

A falta de unos días para que le llegue la jubilación, el ujier se despidió del que ha sido su trabajo desde hace tantos años en el Pleno celebrado hoy. Los reconocimientos vinieron de la mano de sus compañeros y, como no, de los concejales.

Ese fue el caso del edil de IU Daniel Morcillo. "El Pleno tendría que agradecer su trabajo después de tantos años. Empezó en la dictadura y conoce muy bien la Casa de la Villa y a los concejales. Siempre ha sido muy prudente y ha estado en todo momento al servicio de alcaldes y secretarios", señaló el concejal.

Ahora llega el momento de la jubilación. "Me da mucha pena marcharme porque ha sido una vida municipal que me ha agradado muchísimo", aseguró el ujier, que entró en el Ayuntamiento de Madrid en 1966, "cuando era un niño".

Son tantos los recuerdos buenos que dice que no sabría quedarse con uno. Pero, como todo, en esta moneda también hay dos caras y los malos momentos siguen vivos en su memoria. Recuerda jornadas maratonianas de trabajo, con actos que acababan de madrugada cuando su jornada empezaba de nuevo pocas horas después. ¿La solución? Echarse "alguna cabezadita en los escaños" antes de iniciar la jornada laboral.

Tampoco podría olvidar el miedo que pasó en el 23-F, unas horas cargadas de incertidumbre. Se enteró del intento de golpe de Estado por una llamada telefónica ya que en aquel entonces era oficial de ceremonial, macero, esto es, el funcionario que encabezaba las comitivas municipales luciendo un uniforme de gala y llevando en su mano una maza. "Fue muy duro, no sabíamos qué iba a pasar", recordó.

Otro día que tampoco puede olvidar es el de la muerte de Enrique Tierno Galván. "Estuvimos aquí seis días completos velando a don Enrique, día y noche", rememoró, unas duras jornadas de trabajo que se repetirían años después con el incendio en los Almacenes Arias. "Entonces se veló a los diez bomberos fallecidos durante tres días", apuntó.

Últimas noticias sobre estos temas

Contenido patrocinado