Actualizado 04/11/2009 13:25

Economía/Motor.- El PSOE muestra "tranquilidad" por la decisión de GM sobre Opel porque da una "cierta garantía"

MADRID, 4 Nov. (EUROPA PRESS) -

El portavoz de Trabajo del PSOE en el Congreso de los Diputados, Jesús Membrado, aseguró hoy que la decisión de tras el anuncio de General Motors de que no venderá su filial europea Opel al consorcio encabezado por el fabricante austro-canadiense Magna y respaldado por el banco ruso Sberbank, le ha provocado "estupor", pero también "cierta tranquilidad", por cuanto la compañía estadounidense "conoce el sector y sabe dónde están los nichos de producción".

"Da una cierta garantía", señaló en declaraciones a Europa Press el diputado aragonés, que ha participado activamente en los contactos entre el Ministerio de Industria, el Ejecutivo aragonés y los sindicatos de la planta de Opel en Figueruelas, si bien señaló que queda a la espera de conocer "más datos" sobre la decisión.

Sin embargo, apuntó que en los planes de General Motors para "reflotar" Opel también intervendrán los gobiernos europeos, como ya iba a ocurrir con la operación de Mana, en la que Alemania iba a portar 4.500 millones de euros en avales. "Y nosotros teníamos que poner y tendremos que poner en esta operación también, previsiblemente, 700 u 800 millones de euros entre el Gobierno de Aragón y el Gobierno central", aseguró.

En cualquier caso, destacó que GM tiene un plan industrial en el que no sale "muy primada" Alemania con recortes de producción, que en Reino Unido aumenta y en España se mantiene.

RECORTES EN FIGUERUELAS.

"Figueruelas se mantiene tanto con los americanos como con Magna", señaló Membrado, quien aventuró que en la nueva situación "también se producirán recortes" de platilla, aunque por ahora cualquier cálculo en este sentido serían "especulaciones". "Al menos a General Motors les conocemos", concluyó.

A su juicio, en la decisión de GM puede haber tenido peso el hecho de que la operación hubiera dado entrada en el mercado como productores y detentadores de tecnología a los países de Europa del Este y Rusia, que hasta ahora habían sido "colaboradores" de la industria del automóvil, con el apoyo alemán. "Hay un miedo al cambio estratégico", remachó.