Un economista lamenta que la reforma laboral no elimine la temporalidad y apueste por la indemnización creciente

Advierte que la reforma laboral "no está ligada totalmente a salir de la crisis" y echa de menos el acuerdo de los agentes sociales

Europa Press Murcia
Actualizado: domingo, 20 junio 2010 14:31

MURCIA, 20 Jun. (EUROPA PRESS) -

El profesor del departamento de Fundamentos del Análisis Económico de la Facultad de Economía de la Universidad de Murcia (UMU), Pedro Jesús Hernández, lamentó que la reforma laboral aprobada por el Gobierno de España no elimine el contrato temporal, y apostó por la creación de un tipo de contrato único para todos los trabajadores con una indemnización creciente en rezón de la antigüedad del empleado.

Hernández, en declaraciones a Europa Press, criticó que mantener el contrato temporal "es perjudicial económicamente e injusto socialmente" porque "perpetúa" el modelo actual en el que "dos terceras partes de los trabajadores tienen un contrato bastante protegido o estable y la tercera parte restante tiene ese contrato precario".

El problema, en su opinión, es que el contrato temporal genera "una injusticia social clara y evidente" porque no está repartido, sino que se centra en mujeres, jóvenes y, en los últimos años, inmigrantes, mientras que el varón blanco y adulto se beneficia de la estabilidad de un contrato indefinido.

La solución para corregir esta "dualidad" hubiera sido "tan fácil" como suprimir el contrato temporal en la reforma laboral, según destacó Hernández, quien es firmante del manifiesto elaborado por el denominado grupo de los 'Cien economistas' difundido por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) y que propugna una reforma laboral más profunda.

Sin embargo, Hernández criticó que la propuesta del Gobierno central se limita a "reducir los costes del contrato ordinario indefinido, que ha pasado a tener 33 días de indemnización por despido, en vez de 45, e incrementar algunos costes de despido par los contratos temporales con la finalidad de acercarlos entre sí".

Hernández se preguntó por qué las empresas "van a dejar de hacer este tipo de contrato temporal de la noche a la mañana si siguen existiendo con un coste de despido cero", aunque mostró su esperanza en que esta nueva legislación "disminuya al menos el número de contratos temporales que se firmaban hasta ahora y que rondaba el 95 por ciento"

El economista reconoció que la reforma "debería haberse acordado por los agentes sociales", y criticó la aprobación del decreto por parte del Gobierno central porque "puede parecer impuesta" y porque hacerla "deprisa y rápido difícilmente puede concluir bien", en referencia al plazo establecido por el ejecutivo para su aprobación.

"Hacer esta reforma con poco tiempo dificulta si tienes que tomar una medida como establecer un contrato único, porque es algo que toca muchas partes de la normativa laboral y no se puede hacer en dos semanas", precisó.

Además, recriminó a todo aquel que interpreta que la reforma es un "necesaria" para salir de la crisis porque, a su parecer, no se corresponde con la realidad, ya que su aprobación "no está totalmente ligada a dejar atrás las dificultades económicas" y porque sólo es un instrumento para tener un mercado laboral más ágil y más justo".

Respecto al contenido de la reforma, Hernández criticó que una parte del despido se financie con cargo a fondos públicos, por medio del Fogasa, porque a su juicio "puede dar a entender que se está subvencionando el despido", lo que consideró "difícil de entender". Asimismo, estimó "peculiar" incrementar los costes de despidos en un momento de recesión "si la intención es crear empleo de una manera flexible para salir antes de la crisis".

Además, arremetió contra las políticas de empleo estable y las bonificaciones a las empresas, que "a lo mejor consiguen reducir los costes empresariales, pero no generan empleo estable porque el empleo que genera dura lo que dura la bonificación, es como comprar empleo, y se asemeja mucho más a la contratación temporal que se quiere suprimir".

No obstante, estimó que la reforma laboral resultante "es mejor que no haber hecho nada", y aclaró que la reforma tiene aspectos positivos como "la aplicación del modelo austriaco y la mayor flexibilidad que se le da a las empresas cuando están en situación de crisis".

Contenido patrocinado