Un estudio de la UCAM busca acabar con la contaminación por colorantes textiles con los 'pulsos de luz'

La aplicación de los 'pulsos de luz' permitiría el uso de reactores compactos y/o el tratamiento de grandes cantidades de efluentes de la industria textil en tiempos reducidos. Con ello se reduciría el impacto ambiental de la industria textil.
La aplicación de los 'pulsos de luz' permitiría el uso de reactores compactos y/o el tratamiento de grandes cantidades de efluentes de la industria textil en tiempos reducidos. Con ello se reduciría el impacto ambiental de la industria textil. - UCAM
Publicado: sábado, 17 agosto 2019 13:00

MURCIA, 17 Ago. (EUROPA PRESS) -

La coloración textil es una de las fuentes más contaminantes del planeta. 'Journal of Cleaner Production' publica el estudio de los investigadores del grupo Reconocimiento y Encapsulación Molecular de la UCAM que, con la colaboración del Grupo de Calidad del Agua y Suelo del IDAEA-CSIC de Barcelona, han conseguido degradarlos de forma rápida, sencilla y ecológica.

Los colorantes no se fijan a las telas, sino que son vertidos, convirtiéndose así en un grave problema medioambiental. La novedad de este estudio reside en la adaptación de la tecnología de pulsos de luz, procedente del campo de la alimentación, en un proceso de oxidación avanzada, en el cual se genera un potente oxidante ecológico que degrada los colorantes.

La aplicación de este método rápido y sencillo, permitiría el uso de reactores compactos y/o el tratamiento de grandes cantidades de efluentes de la industria textil en tiempos reducidos. Con ello se reduciría el impacto ambiental de la industria textil.

"Consideramos que, al ser ésta una tecnología versátil y de fácil utilización, también se puede aplicar en otros sectores", explica José Antonio Gabaldón, investigador principal del grupo REM.

Los Investigadores participantes son Sofía Martínez-López, Carmen Lucas-Abellán, Ana Serrano-Martínez, María Teresa Mercader-Ros, Nerea Cuartero, Patricia Navarro, Sandra Pérez, José Antonio Gabaldón y Vicente M. Gómez-López.