MADRID, 15 May. (EUROPA PRESS) -
La presidenta de la Comunidad de Madrid y aspirante a la reelección por el PP, Esperanza Aguirre, reivindicó hoy las tradiciones ligadas a la festividad de San Isidro en una Comunidad como Madrid "abierta, vanguardista y que integra a todo el mundo, venga de donde venga".
Momentos después de beber el agua de San Isidro, a la que se le atribuyen cualidades milagrosas, Aguirre dijo que la región "tiene que coger todo lo mejor del resto de las tradiciones, no sólo del resto de España sino del mundo entero, pero también tiene que saber mantener las suyas, y las suyas es venir a la pradera y disfrutar de las rosquillas tontas y listas".
"Soy madrileña de pura cepa. Sí que es cierto. Tengo a todos mis antepasados y tengo que decirles que para mí San Isidro es una fiesta grade y yo he querido mantener las tradiciones", manifestó. Y añadió: "Voy a hacer algo por primera vez en mi vida, que es venir vestida de chulapona, pero lo haré más tarde". "Me parece que las tradiciones son siempre importantísimas", insistió.
Respecto a los insultos que sufrió ayer la concejala del Ayuntamiento y mujer del ex presidente del Gobierno, Ana Botella, por parte de una militante del PSOE, Aguirre afirmó que el PP devuelve cada insulto con una propuesta, parafraseando lo dicho por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
"Atacan nuestras sedes, arrastran por las calles a nuestras militantes, le rompen la calle a una de ellas,* Y a esta hora el PSOE no ha condenado ninguno de los ataques. Insultan a nuestros candidatos, sin embargo nosotros, las pintadas que han hecho en una sede socialista y los ataques, los condenamos con la máxima rotundidad. Nosotros no somos como ellos, gracias a Dios y a San Isidro", declaró a un grupo de periodistas.
Durante su paseo hasta la Ermita, la presidenta regional conversó, abrazó y besó a multitud de ciudadanos que se le acercaron para conocerla personalmente, hacerse una foto, darle rosquillas e incluso pedirle variopintas cuestiones. Presa de los achuchones, Aguirre sobrevivió con estoicismo y sin perder la sonrisa el exceso de gente, el calor y el ruido infernal del helicóptero de Telemadrid sobrevolando constantemente la comitiva y a todos les anunció que al mediodía acudirá a la pradera a comer la tradicional tortilla de patata vestida con el traje típico madrileño.
