El acusado de matar a un joven en Alcantarilla (Murcia) dice que no se acercó ni apuñaló con una navaja a la víctima

Actualizado: martes, 12 enero 2010 18:02

Testigo cambia su declaración inicial ante la Policía y el abogado de la acusación particular sostiene que ésta ha recibido amenazas

MURCIA, 12 Ene. (EUROPA PRESS) -

El individuo Eduardo G.B., a quien se le acusa de matar a O.O y apuñalar también a su hermano, que responde a las iniciales de F.O, la noche del 9 de agosto de 2007, aseguró hoy ante el Tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Murcia que "en ningún momento" se acercó a la víctima, y que tampoco llevaba ningún cuchillo o navaja, tal y como sostienen sus primos en la primera sesión del juicio que comenzó hoy.

Así, a preguntas del Ministerio Fiscal, Eduardo G.B., que reconoció que la noche en la que ocurrieron los hechos había bebido alcohol, relató que ese día había estado en compañía de sus primos y su hermano desde las cinco de la tarde.

Ya de madrugada, sobre las 3.00 horas, decidió acudir al Polígono junto con su hermano y sus primos y tras ver la persiana medio bajada, llevó a un amigo suyo a casa y se dispuso a regresar a su domicilio junto a su hermano, ya que sus primos habían manifestado también su decisión de regresar a casa.

No obstante, de camino a su domicilio Eduardo G.B. y su hermano observaron el coche de sus primos estacionado en las proximidades del café bar Mustafá, por lo que entraron al interior del recinto, en donde ya vieron la discusión que estaban protagonizando sus primos y como los guardias de seguridad trataban de retenerlos.

Al entrar, comentó el presunto autor de los hechos, "me pegaron con un taburete y me quedé mareado", momento en el que intervino en la pelea, en la que también estaban implicados los hermanos Orenes. Durante la reyerta, intercambió golpes con F.O, el hermano del fallecido.

Según las conclusiones provisionales del Ministerio Fiscal, el joven O.O, que falleció como consecuencia de las puñaladas recibidas, estaba sujeto por ambos brazos, por lo que no pudo defenderse de los ataques recibidos por Eduardo G.B.; razón por la que no se le apreciaron heridas de defensa como hubiera sido habitual si hubiera respondido instintivamente.

Pese a ello, Eduardo G.B. dejó claro que "en ningún momento" se acercó a la víctima, y que tampoco llevaba ningún cuchillo o navaja. Sin embargo, sus primos declararon ante el juez que preside el Tribunal, Abdon Díaz, presidente de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, que recordaron ver que ese día llevaba una navaja de feria en el llavero del coche; un extremo que Eduardo G.B. desmintió de forma rotunda, puesto que indicó que era su hermano quien conducía esa noche.

Igualmente, sus primos relataron que Eduardo G.B. dijo "vámonos, vámonos que le he pinchado"; algo que éste también negó y que sólo oyó el aviso de "vámonos, vámonos" de su primo Antonio G.F.

También subrayó que la sangre que tenía su camiseta no sabía de dónde procedía, al mismo tiempo que durante la reyerta éste no había sufrido herida alguna.

La declaración de Eduardo G.B. se limitó a contestar únicamente a las preguntas del Ministerio Fiscal y las de su abogado, Alfonso Cayuela, al acogerse a su derecho a ni declarar; decisión respetada por las partes intervinientes en el juicio.

En el turno de preguntas del abogado de la defensa, Eduardo G.B. admitió que cuando entró al local no apreció ningún desorden, pero sí que escuchó gritos, por lo que intuyó que momentos antes se había producido una pelea.

Por su parte, el hermano de Eduardo recordó que cuando entró en el local se quedó "inmóvil y sorprendido" porque no se esperaba que hubiera una pelea, al tiempo que dijo que él se desmarcó en todo momento; cuestión que confirmaron los implicados en la reyerta.

De igual modo, apuntó que hasta que no acudió a Comisaría no sabía que en la pelea estaban implicados los hermanos Orenes, tras lo que añadió que su hermano Eduardo G.B. no se acercó a O.O.

Los hermanos García Fernández recordaron que todo empezó porque F.O le hizo un mal saludo a uno de ellos. Mal saludo, en actitud "chulesca", que consistió, según explicaron, con un "jetazo" en la cara y oreja, un puñetazo que alcanzó a su primo, Antonio G.S., que perdió la conciencia durante varios minutos, por lo que lo sacaron al exterior.

En ese momento, comenzó la pelea, en la que los implicados comenzaron a tirarse taburetes y sillas y minutos después fue cuando entró Eduardo G.B., en actitud "agresiva y violenta", preguntando que quién había sido.

Según sostienen todos ellos, Eduardo G.B., que al inicio de la reyerta aún no estaba en el bar, no fue avisado por ninguno de los hermanos García Fernández ni su primo, Antonio G.S., puesto que no llevaban teléfono móvil.

Tanto Juan G.F. como su hermano, Antonio G.F., escucharon decir a Eduardo G.B. "vámonos, vámonos que le he pinchado", y más tarde observaron como limpió la navaja, que estaba manchada de sangre. Señalaron que éste se acercó a los hermanos Orenes, aunque Juan G.F. negó que éste apuñalara a O.O, desmarcándose de su declaración inicial, en la que lo señaló como el autor del apuñalamiento.

Todos ellos dejaron claro que "nunca existió venganza" con los hermanos Orenes, ni se les intimidó, ni estaba confabulado que esa noche iban a matar a alguien. Asimismo, resaltaron que en ningún momento se dieron a la fuga, sino que se marcharon a sus respectivas casas hasta que la Policía acudió a detenerlos y que no se enteraron de que O.O estaba muerto hasta que no llegaron a Comisaría.

Sobre la navaja, Antonio G.S. recordó haberla visto esa noche cuando estaban en un bar. "Recuerdo haber visto el llavero con la navaja sobre la barra, era una navaja de feria", dijo, al tiempo que sostuvo que en los calabozos, Eduardo G.B. les dijo que "había pinchado primero a O.O, porque éste le pegó y después a su hermano, F.O".

UNA TESTIGO NIEGA HABER RECIBIDO AMENAZAS.

La primera sesión del juicio que se celebró en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial finalizó con la declaración de una testigo que, aunque estaba prevista para mañana, se desarrolló hoy debido a problemas sanitarios.

Tras hacerle constar al Ministerio Fiscal, por parte de la acusación particular, que había recibido amenazas y presiones antes de declarar, ésta lo negó en rotundo, al tiempo que cambió la declaración inicial que hizo ante la Policía Nacional en Comisaría argumentando que los agentes "pusieron lo que quisieron".

Durante su declaración, en varios momentos familiares del fallecido gritaron que estaba recibiendo amenazas y que momentos antes, fuera de la sala, lo había reconocido.

La testigo explicó que fue la noche de los hechos cuando conoció a los hermanos Orenes, aunque dijo no acordarse, debido a que en aquella época había recaído en las drogas y ese día estaba bajo la influencia, además, de bebidas alcohólicas.

Tampoco dijo acordarse de que uno de los implicados en la reyerta le diera un empujón, aunque sí de intervenir en la pelea diciendo que lo dejaran, momento en el que la sacaron del interior del bar para "protegerme". "Había mucho jaleo en el bar y no recuerdo las personas que había; me dijeron que los hermanos Orenes estaban implicados", señaló.

Finalmente, y a tenor de su declaración a pesar de estar bajo juramento, el juez que preside el Tribunal calificó el grado de colaboración de ésta con la justicia de "decepcionante".

La Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Murcia ha solicitado 23 años de prisión para estos cinco miembros de una familia, de etnia gitana, acusados de matar a un joven en Alcantarilla y herir al hermano de éste. Atribuye a estos cinco individuos un delito de homicidio, así como otro delito de homicidio en grado de tentativa.