Condenado a un año de cárcel y 4.000 euros de indemnización un coronel del Ejército por acoso sexual a una subordinada

Actualizado: miércoles, 4 febrero 2009 20:30

MADRID, 4 Feb. (EUROPA PRESS) -

El Tribunal Militar Central ha condenado al coronel del Ejército de Tierra Francisco Luis Bajo Ojeda a una pena de un año de prisión y al pago de una indemnización de 4.000 euros por un delito de abuso de autoridad al incurrir en acoso sexual a una militar subordinada.

El oficial, que fue arrestado y condenado en 2002 por agredir a un subordinado, deberá hacer frente a una segunda pena de un año de prisión, frente al año y medio que solicitaba el fiscal, y al pago de la citada indemnización, según el fallo judicial difundido hoy por la Cadena Ser.

El coronel fue cesado de su cargo y suspendido de funciones durante seis meses en junio de 2008 por el Ministerio de Defensa, a propuesta del Ejército cuando su procesamiento se hizo firme.

Días antes de confirmarse su imputación en junio, tras conocer los hechos atribuidos al coronel, la titular de Defensa, Carme Chacón, anunció que, una vez que el procesamiento fuera "firme", se adoptarían las "medidas administrativas correspondientes". "Para esta ministra, comportamientos de este tipo no caben en las Fuerzas Armadas", aseveró, en su primera rueda de prensa el 10 de mayo de 2008 la responsable política de los ejércitos.

Durante la vista judicial, celebrada el pasado 13 de enero, en el Tribunal Militar Central, el coronel ahora condenado negó los hechos que se le atribuían, incluida la acusación de haber introducido prostitutas en su cuartel, y aseguró que, "para un militar, la esposa o la novia son sagradas".

Por su parte, la víctima del acoso, la capitán médico I.R.G aseguró que todo comenzó en su primer día en el cuartel de Mungía (Vizcaya) cuando acudió al despacho del acusado a presentarse. "La presentación duró entre 30 y 45 minutos y en el momento de marcharme se me acercó al cuello y me dijo que olía muy bien y me preguntó cuál era mi colonia para recomendársela a sus mujeres y que le estaba dejando el despacho perfumado", relató la oficial sanitaria al tribunal presidido por el General Francisco Javier Mata Tejada.

Los hechos se remontan a 2004, en el Regimiento de Infantería Mixto Garellano número 45 del Ejército de Tierra, Acuartelamiento de Soyeche, Mungía (Vizcaya). El fiscal solicitó en la vista que el coronel fuera condenado a un año y seis meses de cárcel y al pago de una indemnización para la víctima de 4.000 euros. La Abogacía del Estado, por su lado, pidió el archivo de la causa.

"Tenía pánico de él, llegué a dormir con un cuchillo y con un spray antivioladores y con una silla bloqueando la puerta, lo único que quería era que me cambiasen de destino o de lo contario abandonaría las Fuerzas Armadas", explicó la joven militar acosada, quien a lo largo de su exposición detalló otros incidentes con su superior.

La oficial médico recordó ante el tribunal cómo, en otra ocasión, el presunto autor de los acosos acudió a una consulta tras la que le diagnosticó taquicardias. "Tengo taquicardias porque me pones", le contestó él, según la declaración de la joven, quien aseguró interpretar esas expresiones en sentido "insinuante". "Me dijo que si se ponía malo tendría que ir a su casa a ponerle una inyección en el culo", añadió.

En otro momento en el que la presunta víctima volvía a su Canarias natal de vacaciones, el coronel le espetó que "es que en Canarias son muy calientes". "Escuché como en referencia a mi le decía a otros compañeros que yo lo que necesitaba era desahogarme porque era una reprimida", relató la capitán médico, quien además aseguró no haberse sentido amparada por sus superiores cuando se quejó de la actitud del coronel.

DON CORAZÓN

"Puede ser que una o dos veces me dirigiera a ella con la palabra 'corazón'". Esta fue la única acusación que admitió el coronel Bajo Ojeada de todas cuantas se le imputaban en la causa. A partir de ahí aprovechó sus dos horas y media de declaración para definirse como una persona "deportista que ni fuma ni bebe y que no se ha drogado nunca" y para negar todas las cuestiones por las que le interrogó el fiscal. En ese sentido, calificó como "barbaridades" las expresiones atribuidas a su persona.

El fiscal también acusó al mando de haberse dirigido a la mujer de un compañero con los siguientes términos: "vaya, no te conocía por detrás , está muy cambiada". No obstante, negó estas palabras insistiendo en que "para un militar, la esposa o la novia son sagradas".

Preguntado acerca de la posibilidad de haber gestionado la entrada de prostitutas en el cuartel, el coronel --a quien se le apoda como 'don Corazón'-- replicó que en el cuartel "la seguridad era exarcerbada, estamos hablando de Mungía, Vizcaya, donde el terrorismo esta muy presente".

Negó además haberle tocado el muslo en una ocasión. "La capitán Romera tiene excusas para todo no es posible que yo le tocase el muslo porque cuando me dirijo a ella, tiene que estar de pie", dijo. "Era una mujer de caracter fuerte, yo no diría que me tuviese miedo", concluyó.