Condenado a 8 años de internamiento cerrado y a 5 de libertad vigilada el menor que mató a un mendigo en Huelva

Actualizado: miércoles, 15 julio 2009 17:30

La juez del caso destaca la "dignidad" de la víctima

HUELVA, 15 Jul. (EUROPA PRESS) -

El Juzgado de Menores de Huelva ha impuesto la medida de ocho años de internamiento cerrado y cinco años de libertad vigilada para el menor acusado de agredir mortalmente, según reconoció él mismo hoy en el juicio, al mendigo que vendía ramilletes de flores en la calle Concepción de la capital, Pedro Martínez.

En el aspecto penal todas las partes personadas --Fiscalía, acusación particular, defensa y los letrados de la Junta de Andalucía y de la aseguradora de la Delegación de Igualdad-- acordaron las medidas, sin embargo, la sentencia queda pendiente de las reservas del ámbito civil, correspondientes a la indemnización a los dos hijos de la víctima. Al menor se le imputaban los delitos de hurto con violencia y homicidio.

Aunque en un primer momento, la acusación particular pedía una indemnización de 200.000 euros, al final se ha adherido a la petición del Ministerio Público que solicita el pago de 60.000 euros para cada uno de los hijos por parte de la Administración autonómica por su responsabilidad solidaria, ya que el menor estaba tutelado en un centro de menores cordobés del que se había escapado.

Al comienzo de la sesión, el menor reconoció los hechos y confirmó que Pedro Martínez falleció después de que éste "le agrediera en repetidas ocasiones con un listón de madera de grandes dimensiones, sobre todo en la cabeza, hasta que quedó inconsciente", por lo que el indigente falleció como consecuencia de un traumatismo craneoencefálico. El menor también afirmó que en el momento de los hechos "presentaba una situación de politoxicomanía y había abusado del alcohol".

De este modo, el joven --que cometió los hechos siendo menor de edad, pero que acaba de cumplir los 18 años-- de común acuerdo con un adulto, que está en prisión preventiva, agredió al mendigo con "intención de robarle", cuando se encontraba dormido en un solar de la Plaza de la Soledad y al que le quitó un paquete de tabaco.

DESACUERDO EN LA INDEMNIZACIÓN

La disconformidad entre las partes reside en la cuantía de la indemnización, ya que por parte de la Junta de Andalucía alegaron que el menor "estaba en ese momento en casa de su padre" y que los hijos "no han acreditado que han sufrido un perjuicio moral" por la muerte del mendigo, "ya que tampoco pueden demostrar la relación afectiva con él", que los dos descendientes de Pedro Martínez mantuvieron de forma firme durante sus declaraciones como testigos. Además, la acusación particular aportó hoy como pruebas 16 fotografías familiares en las que aparecía el fallecido con su ex mujer, sus hijos y sus nietos.

Ambos aseguraron que "intentaron mantener siempre el contacto con su padre" y que la relación familiar no se había visto afectada "jamás, jamás", aseguró Rocío Martínez, hija de la víctima, que fue la primera en testificar.

En este sentido, Martínez aseguró que su padre "había elegido esa vida" y que habían intentado contactar con su padre en repetidas ocasiones sin éxito y que incluso "le enviaban giros de dinero".

Por su parte, la Junta y la aseguradora argumentaron que la cantidad requerida "supera lo que les corresponde", ya que, según alegó el letrado de la compañía de seguros, ser heredero y perjudicado "no siempre coincide" y, según su escrito de alegación al que se remitió durante su intervención, "no se acredita fehacientemente su perjuicio", debido a que "la hija llevaba cuatro años sin ver a su padre y dos años y medio sin hablar con él".

El Ministerio Público incidió en la responsabilidad solidaria de la Junta de Andalucía ya que el menor desde su ingreso en un centro de menores en 2006 hasta 2008 se había fugado hasta en ocho ocasiones e incluso se había escapado de un centro de Modificación de Conducta. No obstante, la letrada de la Junta insistió en que el menor estaba en casa de su padre "en la fecha de los hechos".

Al finalizar la sesión, la juez del caso recordó a los presentes que "hay que diferenciar entre el ser y el tener", incidiendo en que la víctima "no tenía nada, pero sí lo más importante, la dignidad".