MADRID, 1 Dic. (EUROPA PRESS) - Una vez que el tenista aceptaba el amaño, el intermediario lo comunicaba a sus cabecillas, quienes, a través de una aplicación de mensajería instantánea, creaban grupos de difusión para comunicarlo a personas de confianza y familiares, posibilitando así el aumento de las ganancias generadas con las apuestas realizadas.