EL PARDO, 26 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Policía Nacional ha detenido a Jesús R.C., de 57 años y con un largo historial delictivo, acusado de robar tiras de cupones a vendedores invidentes en quioscos de Madrid capital, informó la Jefatura Superior de Policía.
El detenido no revendía los boletos, sino que se los quedaba por si resultaban agraciados, algo que ocurrió precisamente el 10 de noviembre, cuando se presentó a cobrar cupones que habían sido robados.
La primera denuncia se presentó en la comisaría de Ciudad Lineal a primeros del mes en curso: un invidente acudió a la dependencia policial para denunciar que un individuo se había acercado a su quiosco, en la calle García Noblejas. El sospechoso solicitó varias tiras de cupones y una vez entregadas éstas por el vendedor, el desconocido se dio a la fuga a la carrera. A esta denuncia, y con el mismo modus operandi, le siguieron otras, de quioscos ubicados en las calles Emilio Ferrari, Paredes de Nava y Carpintería.
Según los investigadores, las dificultades para identificar al presunto autor resultan obvias, por la evidente imposibilidad de las víctimas a la hora de de describir su apariencia física o vestimenta. Tuvieron que ser localizados testigos que presenciaron las fugas.
Con sus testimonios y otros indicios, se averiguó la identidad del autor, que respondía al nombre de Jesús R., con un largo historial delictivo: ha sido detenido en varias ocasiones por robo con fuerza, hurtos y estafa.
Los agentes de Policía Judicial de Ciudad Lineal localizaron el domicilio del sospechoso, paradójicamente en la calle Braille, en la localidad de El Pardo y se desplazaron hasta allí el pasado miércoles.
Jesús R. fue detenido cuando salía de su vivienda. Una vez en dependencias policiales, solicitó asistencia médica. Se le trasladó a un centro asistencial del distrito y, finalmente, debido a problemas de salud, fue ingresado en el Hospital Ramón y Cajal. Allí se le tomó declaración en presencia de su abogado.
Debido a estas circunstancias, y al hecho de tener domicilio conocido, el instructor de las diligencias decidió que fuera puesto en libertad, a la espera de que la autoridad judicial lo requiera.