Díez Usabiaga apuesta por un escenario sin presos ni violencia cuando se cumplen 20 años de las conversaciones de Argel

Advierte de que "no se puede construir un proceso negociador con interlocutores políticos 'quasi' clandestinos o ilegales"

Europa Press Nacional
Actualizado: viernes, 23 enero 2009 17:20

BILBAO, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -

El ex secretario general de LAB, Rafa Díez Usabiaga, apostó hoy por "un escenario sin presos ni violencia" cuando se cumplen 20 años del inicio de las conversaciones de Argel. Además, advirtió de que "no se puede construir un proceso negociador con interlocutores políticos 'quasi' clandestinos o ilegales"

En un artículo emitido en Herri Irratia-Loyola Radio, Díez Usabiaga subrayó que hace 20 años, el 13 de febrero, "dieron comienzo en Argel las conversaciones politicas entre ETA y una delegacion del Gobierno. "Tras una iniciativa de tregua unilateral de ETA, en la cual fue detenido Iosu Urrutikoetxea, ambas partes acordaron una tregua bilateral de tres meses para facilitar e impulsar el dialogo y conversaciones politicas", recordó.

En este sentido, dijo que "han pasado ya 20 años" desde entonces y destacó que ha sido "un periodo plagado de confrontacion y sufrimiento". "Hoy el horizonte de una solucion politica negociada para la gran mayoria de la sociedad vasca sigue siendo un deseo y objetivo que, repetidamente, se golpea con las inercias y una realidad testaruda que nos lleva, en ocasiones, a la resignacion y desesperanza", señaló.

Tras señalar que, "como testigo directo y con la perspectiva del tiempo", puede afirmar que "en Argel no había madurez para que ese proceso tendría un carácter resolutivo", apuntó que "ni el Estado español tenía una posición consolidada para hacer de Argel una negociación resolutiva ni la izquierda abertzale tenía reflexión asentada de lo que podía ser un proceso negociador en su estrategia política".

"Veinte años después Argel queda como experiencia remota, luego Lizarra-Garazi y mas recientemente Loiola. Argel, Lizarra, Loiola son iconos de lo que pudo ser y, desgraciadamente, no fue. Iconos de esperanza y fracaso. Iconos con enseñanzas para un futuro que, por encima de inercias y resignaciones, pasa por trabajar una oportunidad definitiva dejando atrás un marco de confrontación, negación y sufrimiento y abriendo un ciclo político donde encauzar un escenario de democracia y paz para Euskal Herria", dijo.

En esta línea, manifestó que "la primera enseñanza" de estos procesos es que "no pueden estar condicionados por intereses inmediatos y agendas políticas sino que debe dotarse de un blindaje sobre el juego político mediático y partidario".

Además, manifestó que es necesario que haya "interlocuciones estables y referentes en el diálogo político". "No se puede construir un proceso negociador con interlocutores políticos 'quasi' clandestinos o ilegales. No hay más que ver dónde ha terminado el diálogo político de Batasuna con PSOE e Ibarretxe: en tribunales de Justicia", añadió.

Rafa Díez Usabiaga afirmó que, "con carácter previo, será imprescindible consolidar un escenario de mínimos democráticos donde se desactiven todas las medidas que vulneren derechos civiles y políticos y, por supuesto, donde la no existencia de la violencia alimente el dialogo y la negociación política".

En tercer lugar, subrayó que "la negociación es un instrumento para resolver el conflicto, para alcanzar un acuerdo político donde, desde el reconocimiento de la realidad nacional vasca, todos estemos dispuestos a respetar la voluntad de la ciudadanía sea cual sea su decisión".

"Es decir, el acuerdo político debe desactivar los topes que anulan o condicionan la voluntad popular y los métodos impositivos o violentos de complementación a cualquier proyecto político", añadió.

NEGOCIACION

"Por tanto, la negociación y acuerdo resultante no debe influir en el desarrollo de ningún proyecto político. Al contrario, tiene que ser punto convergente para que todas las culturas políticas compitan en términos democráticos y en las mismas condiciones", señaló.

De esta forma, aseveró que "un proceso negociador será, asimismo, un espacio dialéctico de lucha política donde las fuerzas políticas plantearan sus posiciones tanto en la concreción de un marco democrático como en los objetivos estratégicos, una dialéctica que irá incidiendo en una correlación de fuerzas clave para condicionar los contenidos del acuerdo y caracterizar el nuevo ciclo político". "Eso es la negociación y no otra cosa", indicó.

Por último, expresó su deseo de que "los iconos fracasados, entre ellos Argel, sirvan para ofrecer a Euskal Herria una oportunidad definitiva para alcanzar un marco jurídico democrático y un escenario sin presos, refugiados ni violencias".

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