BARCELONA, 12 Jul. (EUROPA PRESS) -
El presidente del PP de Catalunya, Josep Piqué, remarcó hoy la necesidad de "recuperar el espíritu de Ermua", que nació hace diez años tras el secuestro y asesinato del concejal del PP en esta localidad, Miguel Angel Blanco, y pidió "unidad política" sobre la base de que "no se debe ceder ante los terroristas de ETA".
Durante una misa celebrada por el PP de Catalunya en la parroquia de Sant Odón de Barcelona, con motivo del décimo aniversario del asesinato de Blanco, el 12 de julio de 1997, Piqué abogó por acabar con la "división política" que existe actualmente en España en torno a la lucha antiterrorista, "siempre sobre la base de que no puede haber cesiones políticas".
Unas 300 personas, principalmente simpatizantes y militantes del PP catalán, participaron en la ceremonia religiosa de esta tarde en Barcelona, en la que Piqué tomó la palabra brevemente para recordar "el dramático asesinato de Miguel Angel Blanco", un capítulo que él mismo vivió como ministro de Industria.
Piqué destacó que su cargo le permitió "ser testigo en primera persona de la convicción del Gobierno de España de no ceder ante el chantaje de los terroristas". El líder de los populares catalanes señaló también que, en aquel momento, "la sociedad salió a la calle dando su apoyo al Gobierno español y exigiendo a ETA que liberase" al concejal secuestrado.
El presidente del PP catalán dijo tener "un recuerdo especial" de aquellas "48 horas dramáticas" de las que luego "nació el llamado espíritu de Ermua, que no es otra cosa que la unidad de todos los demócratas".
Para Piqué, después del fin del alto el fuego de la banda, "hoy es más necesario que nunca el consenso y la unidad de todos" y "rehacer ese espíritu de Ermua para derrotar a ETA", para lo que es "importante trasladar el mensaje de que no se pude ceder nunca ante los terroristas".
En su intervención en la parroquia, Piqué tuvo también palabras de recuerdo para los concejales del PP catalán asesinados también por ETA, el de Viladecavalls, Paco Cano, y el de Sant Adrià, José Luis Ruíz Casado. "Nos comprometemos a que su sacrificio no será nunca en vano", aseveró.
Entre los asistentes a la misa se encontraban los principales dirigentes del PP de Catalunya, como su secretario general, Rafael Luna, el portavoz parlamentario, Francesc Vendrell, el portavoz del partido, Daniel Sirera, y también la diputada Montserrat Nebrera.
