Los familiares de los fusilados junto a García Lorca estudian volver a pedir la exhumación de los restos

Las Trece Últimas Horas En La Vida De García Lorca
ESFERA DE LOS LIBROS
Actualizado: miércoles, 10 agosto 2011 21:09

GRANADA, 10 Ago. (EUROPA PRESS) -

Los familiares del maestro republicano Dióscoro Galindo y del banderillero Francisco Galadí, que fueron fusilados en la madrugada del 17 de agosto de 1936 junto al poeta Federico García Lorca y al también banderillero Joaquín Arcoyas, están estudiando la posibilidad de volver a pedir la exhumación de los restos de sus antepasados, a la luz de las nuevos estudios sobre la posible ubicación del enterramiento con los que cuenta el investigador malagueño Miguel Caballero, que se apoya en un informe técnico del Colegio de Arqueólogos de Aragón.

En declaraciones a Europa Press, Nieves García, que fue acogida desde muy pequeña por la familia Galindo, ha dicho haber acogido de manera "muy grata" la noticia de la existencia de estas nuevas investigaciones, y ha considerado "bastante rigurosa" la tesis que aporta Caballero, que sitúa la fosa a unos 400 metros del lugar que se excavó ya en 2009, en la zona conocida como El Caracolar, que fue campo de instrucción de las tropas nacionales en el 36.

"Creo que es bastante acertado lo que dice Miguel Caballero. Mi propio padre ya señalaba aquella zona", ha indicado García, que entiende que la quizá la coyuntura económica no es la más propicia para iniciar nuevas excavaciones pero que defiende el derecho de los familiares a saber dónde están sus antepasados.

Por ello, asegura que el próximo mes de septiembre --fecha en la que Caballero aportará sus informes a la Junta de Andalucía-- se pondrá en contacto con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica para reiniciar el proceso si cabe la posibilidad, dada la relevancia que puede adquirir la nueva investigación aportada por el autor de 'Las 13 últimas horas en la vida de Federico García Lorca' (La Esfera de los Libros).

Asimismo, García mantiene un contacto constante con el hispanista Ian Gibson, que situó en el lugar excavado la posible fosa de García Lorca, pero que se ha mostrado convencido con posterioridad de que el radio de búsqueda debería haber sido mayor.

El nieto del banderillero Francisco Galadí, del mismo nombre que su abuelo, ha dicho a Europa Press que también está estudiando el asunto, y que la nueva investigación le ha pillado "de sorpresa". Por eso, aunque ha advertido de que ésta puede ser "una investigación más de tantas", ha preferido ser prudente y pedir tiempo para tomar una decisión al respecto. "Lo estoy asimilando. Necesito un poco más de tiempo para tener una opinión", ha dicho.

INVESTIGACIÓN DE MIGUEL CABALLERO

Según sostiene Miguel Caballero, la fosa en la que supuestamente está enterrado el poeta se encuentra en el paraje conocido actualmente como el Caracolar, en lo que era el antiguo campo de instrucción situado entre Fuente Grande, en Alfacar, y el Barranco de Víznar, concretamente en el Pago del Peñón Colorado, a unos 400 metros en línea recta, hacia Víznar, del lugar que se excavó en 2009 en búsqueda de los restos de los que fueron fusilados junto a él.

Para hacer esa afirmación, Caballero ha investigado profundamente todo lo escrito hasta ahora por los distintos estudiosos de lo ocurrido en la madrugada del 17 de agosto de 1936, en algún lugar situado en la carretera que une Víznar y Alfacar. En su opinión, los testimonios más valiosos fueron los recogidos por el periodista Eduardo Molina Fajardo, falangista granadino que también ubicó el enterramiento en el mismo emplazamiento ahora señalado por Caballero.

Concretamente, el investigador considera clave lo que dijo a Molina Fajardo el capitán José María Nestares --jefe del sector de Víznar en 1936--, su hijo, Fernando Nestares, un agricultor de Alfacar que labraba terrenos cercanos al lugar de fusilamientos, el que fuera alcalde de Pulianas, Pedro Cuesta Hernández, y un quinto individuo que el periodista identifica con las iniciales A.M.F.

"Eran personas que nada o casi nada tenían que ver entre sí, y los testimonios son coincidentes. Todos apuntan al campo de instrucción", señala Miguel Caballero, que ha explicado, en declaraciones a Europa Press, que en aquel lugar, cerca del entonces Cortijo Gazpacho --hoy conocido como Cortijo Pepino-- se cavaron pozos para la búsqueda de agua subterránea, y por ello, el enclave era idóneo para enterrar cuerpos.

FOSA DELIMITADA "PERFECTAMENTE"

Además, Caballero no sólo se basa en los testimonios que recogió Molina Fajardo, sino que ha encargado un estudio a un equipo de arqueólogos y geólogos de Aragón que han estudiado las depresiones del terreno y que han delimitado "perfectamente" el posible enterramiento en el lugar. Asimismo, según asegura el investigador, en cuestión de "un par de días" estos mismos arqueólogos podrían determinar la posible existencia de restos humanos mediante diversos mecanismos en esa zona, que forma parte de una propiedad privada, fuera del parque Federico García Lorca.

Para Caballero, fue un "error" la excavación que se hizo en 2009 en el interior del parque, donde Ian Gibson situó la fosa basándose en las afirmaciones del enterrador Manolo el Comunista, y considera que, para averiguar lo que realmente pasó deberían iniciarse de nuevo los trabajos y proceder a la exhumación de los restos del poeta. "Como investigador, a mí me gustaría saber cómo murió y las circunstancias de la muerte mediante un examen forense. Pero también entiendo que hay que respetar los deseos de la familia Lorca --que se ha opuesto en reiteradas ocasiones a la exhumación-. Son dos cosas difíciles de conciliar", reconoce el estudioso lorquiano.

En próximas semanas Caballero prevé poner a disposición del Comisario para la Memoria Histórica de la Junta de Andalucía, Juan Gallo, la documentación con la que cuenta, y pedirá permiso para seguir estudiando la zona ya que "en dos mañanas" puede averiguarse si hay o no restos humanos en el enclave, lo que costaría, según afirma, "apenas 3 ó 4.000 euros".