Maragall elude hablar de su futuro en el PSC y señala que el debate ahora es "qué va ser España"

Actualizado: miércoles, 17 mayo 2006 14:28


MADRID, 17 May. (EUROPA PRESS) -

El president de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, se niega a hablar de su futuro político, ni como próximo candidato del PSC a la Presidencia del Gobierno catalán, ni como jefe del Ejecutivo. Maragall aseguró hoy, durante su intervención en los Desayunos de Europa Press, que la prioridad ahora es que el Estatut obtenga un "'Sí' concluyente" en el referéndum del 18 de junio, porque "lo que tenemos delante es el debate de qué va ser España" tras la aprobación de la reforma catalana, que abrirá lo que definió, igual que en otras ocasiones, como "una segunda Transición del Estado de las Autonomías". Tras dirigir duras críticas al PP por su "tacticismo voraz", aludió al 'No' de ERC al Estatut y calificó ambas posturas de "lucha de perros entre dos fundamentalismos".

Ni posibilidades sobre su sucesión, ni fecha para las elecciones autonómicas, esos no son los temas "que están sobre la mesa".

Maragall se mostró así de tajante al apartar de su intervención en el foro estos dos temas, quizá por aquel augurio que realizó el líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, de que los ciudadanos de Cataluña mezclarían en el referéndum del Estatut el futuro estatutario de Cataluña y su opinión sobre las acciones del Gobierno de Maragall.

Por ello, el president insistió rotundamente en que su futuro político como president o como candidato del PSC y el referéndum del Estatut "son dos cuestiones que no deberíamos ligar", para no hacer creer "a la gente que discutimos el futuro de alguien". "Lo que tenemos delante es el debate de qué va ser España, cómo va a ser y cómo encajará Cataluña, cómo se integraran los vascos en el Estado", destacó, al tiempo que remarcó: "quiero, deseo y haré todo lo posible por que se cumpla mi sueño y el de muchos catalanes: que Cataluña tenga un buen Estatut".

En este sentido y a pesar "del ambiente complicado" en el que tendrá que "sacar adelante el Estatut", Maragall confía en que reciba "un sí potente y amplio" porque "los ciudadanos son conscientes de que España es plural" y que "el Estatut no rompe nada". Así, destacó la aportación a este sentir general que ha hecho el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, al impulsar la reforma catalana y abrir posibilidades de paz en Euskadi, conduciendo a una situación que, según el president, "España quería desde 1898": una segunda transición del Estado de las autonomías que facilite el encaje de su pluralidad, un debate "que en España no ha sido nunca fácil".

Maragall no olvidó glosar las virtudes del Estatut, una reforma que alcanza "un nivel de autogobierno alcanzado en el marco de la Constitución". "Hemos llegado lejos, donde mis abuelos querían llegar sin romper lo que no querían que se rompieran", rememoró Maragall, subrayando que "el Estatut no va contra nadie" y que "no hay nada de todo lo que tiene el Estatut que no pueda estar en otro estatuto. Es más, estará". Preguntado si Cataluña se conformaría entonces con el 'café para todos', Maragall respondió que "este nuevo café puede ser esencialmente igual, pero con distinciones".

LA VERDAD SE IMPONE

El president mostró su satisfacción por que haya fracasado "el recurso al engaño utilizado contra gentes de buena fe a las que se azuza con la demagogia", puesto que, finalmente, "la verdad se impone". "Promovió un simulacro de referéndum ilegal, destapó los demonios de la catalanofobia y no dudó ponerlo todo en peligro para no conseguir nada", aseveró, al tiempo que consideró el 'Sí' al Estatut en el referéndum como la mejor forma de que el PP "reciba una lección democrática".

El 'No', tanto del PP como de ERC, supone para Maragall "la derrota del catalanismo, el inmovilismo de Cataluña y el uniformismo", además de que alimentaría "la desafección y la radicalización" de los catalanes. El president consideró "una lucha de perros entre dos fundamentalismos" la postura de populares y republicanos, dos "insensatos extremos" que "están contra la España plural". Así, centró los intereses de ERC en "la línea republicana más rupturista" y no negó que le gustaría que tuviera "más sensatez".

Sobre el cese de los consellers republicanos, Maragall lo situó en la "necesidad de clarificar ante los ciudadanos la posición del Gobierno" sin ninguna clase de dudas y consideró "difícil" llamar a la participación desde un Ejecutivo "dividido en el motivo principal". En todo caso, aludió indirectamente el desgaste que ha supuesto que el Estatut haya sido la temática principal de muchos medios cuando el tripartito ha desarrollado otras políticas que "los catalanes llevan en el corazón con agradecimiento".

Finalmente, preguntado insistentemente sobre cuándo convocará las elecciones anticipadas, Maragall aseguró que "esa es la pregunta del millón" que será contestada el 19 de junio (tras el referéndum) "si apetece ser contestada". Cuando se le planteó la posibilidad de que los comicios tengan lugar en otoño, el president bromeó recordando que "el otoño empieza el 20 de septiembre y acaba el 20 de diciembre", que en ocasiones "hay clima otoñal en enero" y que, incluso, "hay otoños que no terminan nunca".