BRUSELAS, 17 Jul. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Angel Moratinos, propuso hoy revisar la llamada 'Hoja de Ruta' para Oriente Próximo, el plan de paz diseñado en buena parte por él mismo en mayo de 2003 cuando era el envíado especial de la Unión Europea para la región. El jefe de la diplomacia española alegó que no se puede estar toda la vida hablando de la 'Hoja de Ruta' cuando no se está aplicando se asiste, mientras tanto, a "muertes, violencia, destrucción y falta de esperanza".
"Yo escribí la 'Hoja de Ruta' en mayo de 2003. Estamos en julio de 2006 y ¿qué se ha aplicado de la Hoja de Ruta?", se preguntó Moratinos en rueda de prensa al término del Consejo de Ministros de Exteriores de la Unión Europea, que analizó esta tarde la crisis provocada por la escalada de violencia en la frontera entre Israel y Líbano. "Mientras tanto asistimos a muertes, violencia, destrucción y una falta de esperanza. Por tanto nos corresponde a los responsables políticos tomar acta", se quejó.
"¿Vamos a seguir toda la vida hablando de la Hoja de Ruta si no sabemos qué ruta tomar?", se volvió a cuestionar Moratinos tras aclarar que él será el primero en intentar "preservar" y "salvar" la 'Hoja de Ruta' pero que ello no le impedirá usar otros instrumentos diplomáticos para devolver la paz a Oriente Próximo.
A su juicio, ha llegado el momento de poner sobre la mesa los instrumentos diplomáticos actuales y ver cuáles son validos, cuáles conviene revisar, adaptar y actualizar. Como ejemplo de ello puso el propio calendario de la 'Hoja de Ruta', que estipula que en 2005 habría dos Estados, párrafo que, en opinión del ministro, no se puede seguir apoyando sin una adecuada actualización.
"No nos quedemos encorsetados por documentos, por instrumentos, por marcos jurídicos ante la tremenda realidad de drama y sufrimiento que se está viviendo en Oriente Próximo", insistió después de subrayar que España aportará ideas e iniciativas para alimentar este debate necesario.
El jefe de la diplomacia española enmarcó esta revisión de la estrategia europea respecto a Oriente Próximo en el hecho de que, a su modo de ver, la region vive un "importante punto de inflexión" y no una mera "escaramuza" por la "radicalización" de las posiciones de los actores políticos. Por lo tanto, apostó por buscar "claridad en el análisis del futuro" de la región.
