Patricia Fernández murió por los golpes y el asesino quemó su cadáver para destruirlo, según los forenses

Actualizado: jueves, 18 noviembre 2010 16:09

OVIEDO, 18 Nov. (EUROPA PRESS) -

Los forenses que han testificado este jueves en el juicio con jurado por el crimen de la joven langreana Patricia Fernández Guzmán han asegurado que el autor prendió fuego al cuerpo de la víctima con el objetivo de destruir el cadáver porque los golpes ya le habían ocasionado la muerte o, en su defecto, un coma irreversible del que no podría haberse recuperado ni siendo asistida por "el mejor equipo de neurocirujía".

En la cuarta y penúltima sesión, en la que se han practicado las pruebas periciales y las partes han elevado a definitivas sus conclusiones, los médicos han explicado que la joven, de 22 años, recibió al menos dos golpes, uno de ellos más contundente, con un instrumento como una piedra o un bate, que le ocasionó una herida por aplastamiento y una fractura craneal en forma de uve. Una lesión "grosera, destructiva y sin retorno", según los profesionales.

Siempre según su testimonio, la muerte de la joven se produjo sobre las 20.30 horas del 13 de marzo de 2008, y el cuerpo estaba politraumatizado, con desmembración parcial y prácticamente incinerado. Asimismo, y además de los golpes en la parte derecha del cráneo, presentaba una pequeña contusión poco relevante en una rodilla.

Han defendido en base a las pruebas que el autor se sirvió de un acelerante para incendiar el cuerpo y lo preparó para que combustionara en la zona central. En este sentido, han sostenido que el fuego "tuvo que ser importante", puesto que los restos mortales de la joven presentaban quemaduras hasta de sexto grado, susceptibles de ocasionarle por si solas la muerte.

Además, en la autopsia se hallaron restos de hollín en las vías respiratorias altas que asociaron a la posible persistencia de una respiración subliminal y residual compatible con un coma profundo, si bien "no había negro de humo ni en la laringe, ni en la tráquea ni en los pulmones", con lo que la víctima "no respiraba durante la combustión".

Por videoconferencia, los agentes del departamento de Criminalística de la Guardia Civil han detallado que existían restos de etanol en las uñas y de gasóleo y gasolina en una colilla, una gamuza, unos guantes de trabajo, una colilla y una botella de whiski, que fueron encontrados en el coche del único detenido.

RESTOS GENÉTICOS

Responsables del departamento de Biología han añadido que las pruebas revelaron la existencia de restos de AND que coincidían con los de la víctima en una gamuza y en la sudadera que se recogió en casa del acusado, así como una mezcla de los perfiles genéticos de Patricia y Celso bajo las uñas de la primera.

Al respecto, han puntualizado que es "6.000 billones de veces más probable que los restos sean de ellos que de otra persona que no sea Celso, elegida al azar". Por último, han señalado que se detectaron restos de semen, mezclado con el perfil genético de la víctima, en distintas partes del vehículo del acusado y en la misma sudadera, de los que no es posible precisar la antigüedad.

Miembros de Balística propuestos por la defensa han descartado, sin embargo, que las rodadas de vehículo que fueron fotografiadas en el escenario del crimen -una escombrera próxima al pozo minero Samuño, en Ciaño- se correspondieran con las marcas delanteras de las ruedas del utilitario del acusado, un Opel Zafira de color oscuro.

El juicio se retomará el lunes a las 10.00 horas en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo con los informes de las partes y las deliberaciones del jurado. El acusado se enfrenta a penas de entre 15 y 25 años de cárcel, en función de que el delito sea calificado como homicidio o como asesinato, mientras la defensa solicitan para él la libre absolución al determinar que no existen pruebas concluyentes sobre la autoría.

Tanto los padres de Patricia, como su hermano de 15 años, continúan precisando asistencia psicológica por depresión y trastornos del sueño asociados a un duelo traumático.

El cuerpo de Patricia Fernández Guzmán fue hallado en una escombrera apartada del municipio de Langreo el 14 de marzo de 2008, un día después de su desaparición.