MADRID, 21 Mar. (EUROPA PRESS) -
El expresidente del Congreso y uno de los 'padres' de la Constitución, Gregorio Peces-Barba, es partidario de hacer "algún retoque" en el sistema electoral, aumentando de 350 a 400 los diputados del Congreso y repartiendo los 50 últimos en una segunda vuelta, y de este modo "disminuir la influencia de los partidos nacionalistas".
En un artículo en la revista 'Números Rojos' recogido por Europa Press, Peces-Barba propone un sistema electoral en el que los primeros 350 diputados se asignen por circunscripciones, con un mínimo de dos por cada una como actualmente, y después, otros 50 se consigan con los 'restos' en las circunscripciones más pobladas (y no en un total nacional como suelen proponer IU y UPyD).
Estas circunscripciones serían Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza, Bilbao, Málaga, Valladolid, Coruña y Alicante y los escaños se repartirían conforme a "cuotas" reguladas por ley. Con este sistema, arguye Peces-Barba, seguramente los 50 diputados nuevos "se repartirían entre los tres partidos mayoritarios: PP, PSOE e IU y con eso se equilibrarían las fuerzas con más justicia".
"ACUERDO GENÉRICO" PP-PSOE PARA REFORMAR LA CONSTITUCIÓN
El veterano jurista hace esta propuesta en un texto titulado "Retoques necesarios" en el que defiende que la Constitución necesita algunos cambios para introducir asuntos que no pudieron abordarse, o se hizo de manera "deficiente" en 1978. Es más, asegura que desde el inicio de los Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero había un "acuerdo genérico" entre PSOE y PP sobre esta reforma, que no modificaría el "consenso inicial" de 1978.
Junto a la mención a la UE y la igualdad de hombres y mujeres en la sucesión a la Corona, Peces-Barba cree que "sobran" todos los artículos que regulaban el acceso a la autonomía, puesto que ya han cumplido su función.
Así, propone remplazarlos por un solo artículo con dos párrafos, de los cuales el primero "describiría las distintas comunidades autónomas, comenzando por las más antiguas, es decir, la vasca y la catalana, y acabando la lista con Ceuta y Melilla como ciudades autónomas", explica, antes de apostillar que las dos ciudades norteafricanas "eran ya españolas más de trescientos años antes de que el territorio de Marruecos empezase a ser pensado como nación".
Por último, insiste en la reforma del Senado, por considerar que está funcionando como Senado de un Estado "centralista y unitario" y no como Cámara de representación territorial. Para remediarlo, propone que sea de ámbito autonómico y no provincial, que no se disuelva nunca y que se ocupe sólo de asuntos autonómicos.
Apunta incluso la posibilidad de que los senadores no sean votados por sufragio universal, sino que sean elegidos por sus respectivos parlamentos autonómicos.