PP acusa al PSOE de aceptar el catalán o el euskera en los Pleno del Senado por debilidad ante el nacionalismo y el PSC

Actualizado: martes, 13 julio 2010 17:04

La Comisión de Reglamento aprueba la ampliación del uso de las lenguas autonómicas, que será ratificada en Pleno la próxima semana

MADRID, 13 Jul. (EUROPA PRESS) -

La Comisión de Reglamento del Senado aprobó hoy la ampliación del uso de las lenguas autonómicas con el apoyo de todos los grupos salvo el PP, que acusó a los socialistas de haber cambiado de posición con los años y de aceptar esta propuesta por "debilidad" ante los partidos nacionalistas y la "presión" del PSC. La reforma será ratificada por el Pleno de la Cámara el próximo miércoles y entrará en vigor el año que viene.

En la sesión de hoy, el PSOE retiró las dos enmiendas presentadas y defendió una nueva acordada con el resto de grupos que recoge algunas sugerencias técnicas de los letrados del Senado. Así, el Reglamento de la Cámara permitirá que los senadores puedan presentar todo tipo de escritos e iniciativas en catalán, euskera, valenciano y gallego, y emplear estas lenguas en la defensa y debate de las mociones en los Plenos.

En cuanto al coste de la novedad, los defensores de la propuesta insisten en que será asumido por el presupuesto actual de la Cámara sin aumentarlo "ni un euro".

Sólo el PP se mantuvo hoy en contra de la iniciativa, de cuya constitucionalidad duda aunque no tiene pensado recurrir al Alto Tribunal, según aclaró Rosa Vindel al término de la Comisión. La senadora del PP defendió tres enmiendas para vaciar de contenido la propuesta, que considera "incomprensible" y con la que se impone, dijo, "el interés de unos pocos sobre el interés general".

Subrayó que la Constitución "distingue sin ninguna duda" las zonas geográficas en las que estas lenguas son cooficiales y que para el conjunto del país el idioma oficial y único es el castellano. Añadió que la "primera función" de las Cortes Generales es "representar al pueblo español" y que su actividad por tanto debe "desarrollarse en términos accesibles a todos los españoles". De otro modo, concluyó Vindel, se "hurta" a los ciudadanos el derecho de comprender de primera mano el trabajo del Senado.

Su compañero de filas, Juan Van-Halen, reclamó que no se apele a la Constitución ni a otro motivos para defender la iniciativa, que responde exclusivamente a su juicio a "un problema político", la "debilidad" del PSOE ante los partidos nacionalistas y la "presión" del PSC.

El portavoz preguntó a continuación a los socialistas por qué si defienden la "normalidad" de la medida en el Senado no la han llevado a las sesiones de control al Gobierno. "No van a ver al señor Zapatero y los ministros con pinganillos. Nosotros sí, pero ellos no. El señor Zapatero llega, incluso él, a darse cuenta de que esto es una ridiculez", subrayó.

"JUGAR EL PARTIDO DENTRO" DEL SENADO

Por parte del PSOE, José Ignacio Pérez Sáenz aseguró que el "objetivo" de su partido con esta y otras iniciativas es "que España integre todos los elementos culturales e identitarios que conviven en ella, que nada ni nadie quede excluido dentro de España". La posición del PP, sentenció, es "un error enorme".

Abundando en esta idea, valoró que sean los partidos nacionalistas los que hayan propuesta la integración del euskera, el valenciano, el catalán y el gallego en la vida parlamentaria. "Lo peor que le podría ocurrir a España y al Senado es que los grupos nacionalistas no quisieran que las lenguas cooficiales entraran en esta Cámara, que quisieran jugar un partido fuera y no dentro", dijo.

El portavoz de la Entesa Catalana de Progrés, Carles Bonet, explicó que encuentra un "acto de españolidad" ampliar el uso de las lenguas autonómicas en el Senado, porque son también lenguas españolas según la Constitución, y acusó al PP de no creer en la Carta Magna sino de "utilizarla". "Ven en este nuevo paso un acto de disolución, de separatismo. Y yo creo que es un acto de españolidad, de reconocimiento de todas las lenguas españolas", agregó.

Jordi Casas, portavoz de CiU, defendió que millones de ciudadanos hablan "con normalidad" otra lengua que no es la castellana y que esa normalidad debe trasladarse al Senado, la cámara de representación territorial. "No hay que darle otra trascendencia. No hay que hacer de esta diversidad un debate político", pidió.

El portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti, defendió esta reforma del Reglamento también, pero a diferencia de Casas sí la situó en un "debate político" entre quienes aceptan la diversidad y los que no lo hacen. Si el Senado, dijo, se hubiese instalado en Barcelona, como se barajó en la transición, esta cuestión del uso de las lenguas se hubiera resuelto entonces.