Actualizado 18/06/2014 14:16

RSC.-Kukuxumusu y John Sistiaga recuerdan el XX aniversario del genocidio de Ruanda, con una camiseta y un reportaje

El periodista John Sistiaga con la camiseta diseñada junto con Kukuxumusu
KUKUXUMUSU

MADRID, 18 Jun. (EUROPA PRESS) -

Kukuxumusu y el periodista John Sistiaga han diseñado una camiseta con la leyenda 'Never Again' ("Nunca más") para recordar el XX aniversario del genocidio que terminó con la vida de cerca de un millón de personas en menos de tres meses en Ruanda. Junto con la camiseta, cuyos beneficios irán destinados a Médicos sin Fronteras, Sistiaga ha elaborado un reportaje televisivo que se estrenará este jueves y que se titula 'Cómo organizar un genocidio'.

La iniciativa es la décima camiseta en la que colaboran el periodista y la marca para ilustrar los temas que Sistiaga trata en sus reportajes. En esta ocasión, se trata de una camiseta en la que "se aprecia la silueta de una cucaracha, precisamente el nombre despectivo con en que los verdugos de aquella matanza se referían a sus víctimas", según han explicado los responsables del proyecto.

Junto con esta imagen aparecen también otros elementos que "remiten al genocidio" como calaveras, una cruz o la lágrima que resbala desde el mapa de África. De este modo, pretenden recordar el grito de "matad a las cucarachas" con el que "miles de ruandeses mataron a miles de sus compatriotas", una media de "11.000 muertos al día. 470 asesinatos a la hora. 8 cadáveres por minuto" entre abril y julio de 1994.

Por su parte, el periodista estrena este jueves el reportaje 'Cómo organizar un genocidio' para cuya elaboración ha visitado el país para enfrentarse a "la paradoja" de que los protagonistas de la matanza " han conseguido normalizar sus vidas conviviendo con sus víctimas".

"Algunos lo llaman perdón, otros olvido, otros memoria... Todos hablan en Ruanda de reconciliación, pero, ¿es que existe otra alternativa para no seguir matándose?", cuestiona.

Además, expone las cifras del genocidio ruandés en el que los hutus fueron "tres veces más efectivos que los nazis" pero "sin tecnología, sin industrializar la muerte, sin la supuesta eficiencia alemana o la logística europea, sin cámaras de gas, a machetazos, de uno en uno".

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