Setién dice, sobre la consulta, que los planteamientos políticos de Euskadi "no deben hacerse al ritmo y socaire de ETA"

Actualizado: domingo, 9 diciembre 2007 14:06

Afirma que "el diálogo es más humano y cristiano que la pura eliminación de ETA"

BILBAO, 9 Dic. (EUROPA PRESS) -

El Obispo emérito de San Sebastián, José María Setién, considera, en relación a la consulta planteada por el lehendakari, Juan José Ibarretxe, que los planteamientos políticos de Euskadi "no deben hacerse al ritmo y al socaire de lo que dice ETA".

En una entrevista concedida al diario 'El Correo', recogida por Europa Press, Setién advierte de que si no se quiere que ETA tenga "una influencia política, que no debe tenerla", los planteamientos políticos "deben hacerse sin ETA" y "si se puede o no" llevarlos a cabo, "eso es otra cosa".

El prelado guipuzcoano no acepta que, "por una parte se diga que ETA no debe intervenir en política -con lo que estoy de acuerdo- y, después, condicionemos a lo que ella haga o deje de hacer, la puesta en marcha de la línea del diálogo político. Eso no es coherente".

Tras conocer el atentando de ETA en Francia y el asesinato de dos guardias civiles, Setién dice que sintió "dolor y también mucha pena, porque entendía que todo ello no podía favorecer un proceso más humano, el de la negociación". A su juicio, "todo esto va en contra del clima necesario para dialogar, suscita más los ánimos para luchar por la desaparición de ETA por la línea del mero ejercicio de las vías represivas".

"Sentí dolor, pena, una cierta desesperanza y el deseo de que todo este clima se pueda superar. Es un conjunto de sentimientos que no tienen cabida en la estrechez de una condena. Porque contienen más sentimientos, sufrimientos, expectativas, que tocan el corazón de un obispo", añade.

Preguntado sobre si, con una manifiesta voluntad de matar por parte de ETA, hay que seguir trabajando por un final dialogado, Setién pide a los gobiernos "que no se dejen engañar, que no se equivoquen" y precisa que su "principio fundamental" es que "es mejor entenderse sin matar y sin represión, que no seguir por la vía de la eliminación de ETA".

Sobre la falta de condena del último atentado de ETA por parte de Batasuna y ANV, reconoce sus palabras afirmando que "no es comprensible que, supuesta la leal aceptación de las vías políticas para resolver los problemas políticos proclamados por Batasuna, no exista la suficiente declaración de rechazo a la violencia que posibilite su legitimación jurídica como partido".

"Si se habla de una solución política de los conflictos, y no me estoy refiriendo a ETA, será necesario que haya una representación de la totalidad del pueblo vasco. Para ello, esa parte de la izquierda abertzale tiene que estar presente", añade, para señalar que, "al mismo tiempo, lo que hay que pedir es que esa presencia no esté impedida por la Ley de Partidos, que en su tiempo tuvo unas reservas muy graves".

PAPEL DE LA IGLESIA

En referencia a la labor de mediación de la Iglesia vasca en la consecución de la última tregua de ETA, el Obispo emérito de San Sebastián afirma que él no ha tenido ninguna intervención y señala que es "públicamente conocido que monseñor Juan María Uriarte participó en un encuentro entre ETA y representantes del Gobierno, en tiempos de Aznar, que no produjo nada positivo" y reconoce que "pasos posteriores los ha habido, pero con representantes del PSOE", al tiempo que afirma no atreverse a decir "qué influencia ha podido tener la Iglesia en su desarrollo".

"Una cosa es que ella haya insistido en la vía del diálogo para resolver los conflictos, la cual es más humana, más razonable y más cristiana que la actuación de pura represión y eliminación. Que la Iglesia haya tomado postura a favor de ese posicionamiento, insistiendo colectivamente en la necesidad de una solución dialogada, que es más humana que la mera represión, es verdad", asevera.

18/98

Setién se refiere también al sumario 18/98 y considera que, "en el fondo, está ahí la aplicación de la Ley de Partidos, con los efectos consiguientes". "Habiendo la posibilidad de plantear los problemas por el cauce penal, que es mucho más riguroso, se legitiman actuaciones y éxitos que, por lo visto, no hubieran sido fáciles de conseguir con la aplicación del código penal".

En su opinión, la aplicación de penas "tan graves como las que se imponen, se apoya en una norma que permite la adecuación oportunista de su aplicación".