BRUSELAS, 12 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Unión Europea prohibirá que sus buques transporten residuos tóxicos a países en vías de desarrollo así como la exportación de desechos para que sean eliminados en países extracomunitarios, una medida contemplada en el nuevo reglamento sobre transporte de residuos que entra hoy en vigor y con la que se quiere garantizar una gestión ecológica.
La nueva normativa pretende evitar que se repitan situaciones como la protagonizada el año pasado por el carguero Probo Koala, un buque de pabellón holandés que llevó a Costa de Marfil un vertido ilegal de residuos tóxicos provocando siete muertes y 50.000 intoxicados.
"El caso del Probo Koala no hubiera ocurrido con la nueva reglamentación que entra hoy en vigor", subrayó la portavoz de Medio Ambiente del Ejecutivo comunitario, Barbara Helfferich. También se habría evitado la catástrofe del Volganeft, que se partió en dos frente a la costa de Estambul, donde virtió 4.000 toneladas de petróleo en las aguas del Bósforo.
La UE introduce por lo tanto medidas más estrictas para prevenir el transporte ilegal de residuos y garantizar que los que se transfieren fuera del territorio comunitario para su tratamiento o reciclaje no tienen consecuencias negativas para el medio ambiente.
El objetivo del reglamento es lograr un tratamiento adecuado de los desechos durante todo el proceso de transporte y exige a los Estados miembros realizar inspecciones al azar, hacer controles de los residuos permitiendo la apertura de contenedores y notificar a la Comisión Europea qué tipo de sanciones se aplican en la legislación nacional para penalizar las conductas ilícitas.
La norma europea se basa en los compromisos suscritos por la Unión Europea en el marco del convenio de Basilea y la decisión de la OCDE sobre control de movimientos transfronterizos de desechos peligrosos. Sin embargo, la UE va más lejos e incluue disposiciones sobre transporte entre los Estados miembros. Así, define qué requisitos se deben cumplir y qué documentos se tienen que aportar.
Los residuos "verdes", por ejemplo, tienen que cumplir criterios menos estrictos que los peligrosos o los que se tienen que eliminar en la UE. También fija el procedimiento para los que no se puedan llevar a países extracomunitarios o el protocolo de notificación y las exigencias en lo que a información se refiere. Contempla igualmente las condiciones en las que debe viajar de vuelta al país de origen una carga ilícita y las fianzas para el regreso de la misma.
Otra particularidad del reglamento es prohibir la exportación de residuos a países no miembros de la UE o de la Asociación Europea de Libre Cambio --Suiza, Noruega, Liechtenstein e Islandia--, para evitar el transporte masivo hacia países en vías de desarrollo de aparatos electrónicos y coches en desuso.
Una disposición del reglamento exige a los Estados miembros cooperar entre sí para facilitar la prevención y la detección de transportes ilegales para reducir este tipo de transferencias entre socios de la UE.