Viuda de Buesa pide acompañar el homenaje a las víctimas con la "política diaria de deslegitimación del proyecto de ETA"

Arregi advierte del peligro de que estos actos "sirvan para pasar página y encarar el futuro como si ETA no existiera"

Europa Press Nacional
Actualizado: jueves, 3 mayo 2007 16:23

BILBAO, 3 May. (EUROPA PRESS) -

La presidenta de la Fundación Fernando Buesa, Natividad Rodríguez, reclamó hoy que los actos de homenaje a las víctimas deben ir acompañados por "una política diaria decidida de clara deslegitimación del proyecto político que ETA trata de imponer violentamente". Asimismo, consideró "imprescindible" recuperar la unidad democrática y advirtió de que no puede permitirse que en el futuro se actúe "como si ETA nunca hubiera existido".

La viuda de Fernando Buesa se pronunció de esta manera durante el acto de presentación del libro "El significado político de las víctimas del terrorismo: el valor del Estado de derecho y de la ciudadanía", en la que el presidente de Aldaketa, Joseba Arregi, insistió también en que sería "peligroso" que los homenajes sirvieran para "pasar página y encarar el futuro como si ETA no existiera".

Rodríguez y Buesa presentaron hoy en Bilbao esta publicación, que recoge las cinco ponencias expuestas en las jornadas organizadas por la Fundación Fernando Buesa y Aldaketa hace dos años. Al acto de presentación, acudieron numerosos representantes del PSE-EE, encabezada por el secretario general, Patxi López, así como el portavoz del PP del País Vasco, Leopoldo Barreda, o el portavoz de la Ejecutiva de Ezker Batua-Berdeak, Mikel Arana, entre otros.

Durante su intervención, Natividad Rodríguez señaló que las víctimas, cuya pluralidad destacó, tienen en común "el dolor injustamente recibido y la causa de ese dolor: la intención de imponer un proyecto político totalitario y excluyente sobre la sangre inocente de todas las víctimas".

Asimismo, advirtió de que no puede existir "una paz justa" si no es desde el reconocimiento de la existencia de las víctimas y de su "significado político". Según añadió, "el futuro, la paz, exige el reconocimiento de la injusticia causada, que nadie saque réditos del dolor y de la muerte de los asesinados".

Para ello, a su entender, no se puede "reducir" el dolor de las víctimas a un ámbito privado, "desposeído de toda relevancia pública", porque el terrorismo no es "una expresión de maldad gratuita sin finalidad alguna", sino que, por el contrario, "es una manifestación de terror" para imponer un proyecto político totalitario y excluyente".

En esta línea, manifestó que las víctimas irrumpen de manera involuntaria en el ámbito político porque "la muerte y el dolor causados por los terroristas adquieren una relevencia política indudable, un significado político indudable".

La presidenta de la Fundación Fernando Buesa, que reclamó que las víctimas no desean ser "utilizadas como mercancía política", lamentó que, "en los últimos tiempos, se están desarrollando iniciativas en memoria de las víctimas, pero se actúa como si ETA no existiera" e insistió en que "no podemos hacer borrón y cuenta nueva, no podemos permitir que en el futuro se actúe como si ETA nunca hubiera existido".

"Esta bien mirar al pasado y también al futuro- continuó-, pero no como un ejercicio para obviar el presente, para actuar como si ETA no existiese. Desgraciadamente ETA extiende su siniestra sombra de violencia y extorsión".

Frente a ello, subrayó que "se está consiguiendo una clara deslegitimación política y social del uso de la violencia para conseguir fines políticos" y precisó que esta deslegitimación exige "no sólo que se cuestionen los métodos violentos de ETA, sino también el proyecto político que trata de imponer sobre la sangre inocente de los asesinados".

En este contexto, lamentó que algunos aspectos del acuerdo sobre víctimas del Parlamento vasco de junio de 2003 "aún no se han cumplido" y otros se han aplicado "de manera insatisfactoria". Así, consideró que se han producido "avances", especialmente en materia de atención personal a las víctimas, pero "queda mucho por hacer".

En esta línea, agradeció los homenajes organizados por distintas instituciones, aunque afirmó que le "entristece" que no estén "acompañados" de mayor pedagogía política y una apuesta "decidida" por la educación en valores en paz. Asimismo, dijo que afecta a este colectivo "muy negativamente" el protagonismo "demesurado" de "los victimarios y sus cómplices políticos" en los medios de comunicación.

Por ello, pidió que actos de homenaje como el celebrado el pasado día 22 por el Gobierno vasco "fueran acompañados por una política diaria decidida de clara deslegitimación del proyecto político que ETA trata de imponer violentamente". En relación a este acto, añadió que no duda del carácter "reconfortante" que pudo tener para las víctimas que acudieron ni de "las buenas intenciones" del lehendakari, aunque consideró necesario que hubiera contado con "la opinión de las víctimas" y que hubiera sido "colofón" al cumplimiento de los acuerdos adoptados en este campo.

De esta manera, reclamó que "la idea de saldar las deudas" con las víctimas no sea "el punto final" de un proceso, sino "el comienzo" y propuso elaborar un calendario de cumplimiento de los acuerdos del Parlamento y crear mecanismos de participación de las víctimas en "todo lo que tenga que ver con ellas y con su memoria".

Finalmente, reivindicó recuperar la unidad democrática porque "favorece" el final de ETA y porque es "la única manera de construir un proyecto de futuro de convivencia compartido en el que quepamos todos".

CAMBIAR UNA CEGUERA POR OTRA

Por su parte, el presidente de Aldaketa, Joseba Arregi, estimó que se ha producido "una especie de salida del túnel de las víctimas", después de que durante mucho tiempo fuera algo "marginal" hablar de este asunto, si bien advirtió de que quizá se está cambiando "una ceguera por otra".

"No sé si no estamos en un momento en que, de repente, todo es reconciliación, todo es perdón, ya se ha cumplido con las víctimas, ya la sociedad ha reconocido su culpabilidad, y podemos pasar página y dedicarnos a lo nuestro", añadió, destacando que "hay una verdad que todavía sigue en el túnel, porque los asesinados no van a volver".

Tras destacar que las víctimas perdieron la vida porque eran "un impedimento" a la consecución del proyecto político de ETA, señaló que "las víctimas también son políticas y, en cada una de ellas, está escrito la imposibilidad ética y política del proyecto político que fue motivo para que los asesinaran".

De esta manera, indicó que plantear que "no se debe pagar precio político por la desaparición de ETA pero tampoco ésta puede ser una especie de veto político" es "un planteamiento de una equidistancia" que no es aceptable con "más de 800 asesinados". "Si ETA ha matado por una causa nacionalista, esa causa ha quedado dañada en cada una de los asesinados", agregó Arregi, para el que "será problema del nacionalismo reformularse de forma que sea compatible con la memoria y el recuerdo de cada uno de los asesinados".

El presidente de Aldaketa advirtió de que "sería peligroso que el discurso de la pluralidad de las víctimas sirviera para quitar el protagonismo debido a las víctimas que viven y al significado político de las víctimas que fueron asesinadas".

"Sería peligroso que el homenaje a las víctimas sirviera para pasar página y encarar el futuro como si ETA no existiera y nunca hubiera existido, que saldar la deuda con las víctimas, abandonadas durante tanto tiempo, de solidaridad y de compañía sirviera para pensar que en el futuro en Euskadi es posible hacer política como si ETA no hubiera existido", concluyó.

Por su parte, el juez Javier Gómez Bermúdez, que remitió su intervención por vídeo, insistió en que, a través de la Justicia, se conseguirá "la paz social" y la convivencia. Asimismo, pidió que no se "arrincone" a las víctimas y que su dignidad no sea "pisoteada" mediante el olvido.

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