Actualizado 25/10/2006 02:00

Agustín Jiménez.- De Putin a 'Ransfil'

MADRID 25 Oct. (OTR/PRESS) -

Hace pocas semanas, la ortodoxia que no cesa atacó al gobierno de España por participar con rango en la Cumbre de los países no alineados y la chacota es general cuando se glosan los viajes al más allá de Moratinos, empecinado él en abrir rutas exóticas al turismo diplomático. Como diría un conocido político de la oposición -bueno, cada vez menos conocido- , lo único que hay que aplicar es el sentido común. Y el sentido común es el que programó durante decenios que los aviones sólo viajasen a urbes occidentales que albergasen sedes de cualquier cosa, y siempre haciendo escala en Washington o Nueva York.

Cuando el sentido común empezó a resquebrajarse, países adolescentes con ganas de ser mayores empezaron a adoptar resoluciones por su cuenta y a frecuentar compañías raras. El propio Zapatero acudió con entusiasmo a comer con Putin en un restaurante de cinco estrellas -cada una con cinco puntas- y el ruso se hizo habitual de todos los saraos. De hecho, el ruso, con su simpático rostro de acelga, se prodiga más en las mesas de Europa occidental -lo que queda de Europa occidental- que el primo americano, aburrido converso que ni siquiera bebe alcohol. Pero absurdamente, el idilio Europa-Kremlin parece haber entrado en horas bajas tras unas copas de más en Finlandia en las que el novio reveló cosas feas de su personalidad. Como si un ex jefe de la KGB no tuviera derecho a desahogarse. Lo cierto es que el ruso -que siempre ha sido igual de golfo aunque algunos se hayan caído hoy del guindo- va a lo suyo y hace negocios con cualquier mercancía. Puede que sea casualidad pero acababa de elogiar al machote del presidente de Israel, presunto expertillo en derecho de pernada, cuando un partido representativo de la minoría rusa entraba en el gobierno de Sión. Aproximadamente a la misma hora, la presentadora de un telediario se refería tres veces en el mismo minuto a un tal 'Ranfil' o 'Ransfil' o 'Ransfild' con el que se había entrevistado el ministro Alonso en Washington. Cuando los presentadores de telediario dudan sobre el nombre del Secretario de Defensa del novio de toda la vida, es que los valores familiares han entrado seriamente en crisis.

No hay problema. Primero nos alineamos con un novio soso, luego con un fresco, pero el mercado sentimental es amplio. Quedan muchos países sueltos con ganas de compromiso. De la gente con pedigrí, China sería un partido excelente. Lo recomiendan buenas familias de Iberoamérica, organiza una cumbre africana el mes que viene, invierte sensatamente en Rumanía y prepara para 2010 su primer cohete a la luna. Su casa de Asia la ha redecorado por completo. Después del malentendido con Corea del Norte, no es precisamente Condoleeza Rice quien ha cortado el bacalao. Por cierto, que de la Rice cada vez tenemos menos noticias. La Rice ya ni nos escribe.

Agustín Jiménez.

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