Actualizado 29/11/2006 01:00

Agustín Jiménez.- Viva Kazajstán

MADRID, 29 Nov. (OTR/PRESS) -

Un jefe y un ex jefe de estado, un italiano y un mexicano, se han desmayado esta semana. A Putin no le ha pasado nada. Con su nombre (que tal vez conviniera acentuar "putín"), tiemblan los niños, los periodistas y los jefes de estado o de gobierno. Este último colectivo es cada vez más imprevisible. En las elecciones holandesas han ganado los de antes -¿quién decía que ese país se estaba arreglando?- pero, por ejemplo, en la América Hispana, arrecia el flamante fantasma populista. En la estela de Fidel, Chávez, un poco Lula, Morales y Ortega, ahora ha llegado Correa. Al Ecuador. ¿Qué va a hacer Estados Unidos, que ya ha perdido Asia? Claro que en Washington les acucian otros problemas. Acusado en Alemania, el machote Rumsfeld se ha convertido en el enésimo americano que debe evitar salir de su casa no sea que lo enchirone por criminal un tribunal internacional. Curiosamente, lacayitos y aliaditos de USA han bajado el tono esta semana. Blair se marcha de Irak, Italia ya se ha ido prácticamente, Aznar ha pedido que lo dejen "en paz", Berlusconi -queda dicho- se ha desmayado en público, y los miembros de la OTAN (reunión de Riga) están hartos de Afganistán. Olmert, el israelí bestiajo que, anticipándose a la jornada mundial de la violencia de género, disparaba hace unos días a quemarropa contra las mujeres libanesas, acepta negociar con Palestina y Hezbolá. Por lo demás, nuevas empresas europeas se van a deslocalizar, pese a la gripe del pollo que redobla en Corea, Le Pen (un quinto de los votantes galos) exige el restablecimiento de las fronteras y, en Francia, los preservativos cuestan veinte céntimos. Gracias a las cochinadas ambientales, las mandarinas han llegado antes y, aunque se está acabando el atún, las playas de Croacia están de bote en bote.

Política y economía van regular, pero la espiritualidad progresa. El Papa actual, gran surrealista, ha volado a Turquía para conocer infieles y rezar por ellos. Desgraciadamente, los turcos no quieren rezar por el Papa. En España, los obispos están muy preocupados por la unidad nacional, por los sistemas de organización política y por la sequía recaudatoria causada por el relativismo. El Espíritu no necesita ser santo para entender de todo. Es el mismo espíritu que sopla donde quiere, aunque siempre por el lado derecho.

En cultura y espectáculos, la movida es considerable. Los dos partidos mayoritarios españoles han organizado un concurso de vídeos. La Escuela de Empresariales de Marbella está abriendo sucursales por todo el país (siempre evitando las grandes ciudades, donde, como es sabido, no hay dinero ni contratas), y Montilla se va a matricular en clase de catalán. Por las calles de Madrid ha transcurrido una importante manifestación a favor de la paz. Se han estrenado una película sobre Bond, un terrorista que parece tonto -un aprendiz comparado con Zapatero- y otra sobre un kazajo llamado Borat. Borat está comiendo en una mansión elegante, le entra un retortijón, se ausenta un rato, vuelve del retrete transportando en una bolsa la mierda recién evacuada y pregunta a la anfitriona: "¿Dónde la dejo?"

Agustín Jiménez.