Andrés Aberasturi.- Una Europa de locos.

MADRID 11 Sep. (OTR/PRESS) -

Falta liderazgo. ¿Cuántas veces hemos oído esta afirmación desde que comenzó la crisis? Muchas, y aun seguimos y cada vez más convencidos de que es así a la vista de los acontecimientos; hasta yo mismo, que reconozco que la palabra líder no me gusta ni en las vueltas ciclistas, llego a la misma conclusión diferenciando muy bien entre lo que es un líder y un caudillo, un líder y un agitador visionario, un líder y un santón. Ni siquiera creo que ese liderazgo que ahora echamos de menos españoles y europeos, se identifique con una persona individual sino más bien con un proyecto colectivo capaz de aglutinar todo un movimiento social de recuperación ética que no es precisamente asaltar un supermercado con Gandhi y Camarón como banderas.

Pero parece que no estamos en el mejor momento. Por establecer un orden, vamos de lo pequeño a lo grande y empezamos con el presidente de Extremadura el señor Monago desafiando no solo a su propio partido, el PP, sino a su propio Gobierno asegurando que lo "recomendado" por Bruselas sobre el IVA, y ordenado por el Ejecutivo español, se lo pasa por el arco del triunfo en Extremadura y no lo piensa hacer (por ahora, claro). Y lo de Monagos es la tercera rebelión autonómica en los últimos meses. Aquí habrá un sistema todo lo autonómico que se quiera, pero que cada uno haga de su capa un sayo, es, sencillamente, de locos.

Subimos un peldaño más y nos encontramos con la oposición y sus propias oposiciones internas ("almas", lo llaman ellos) y va don Tomás Gómez y pide que se le exija al Gobierno un referéndum "como el que el PSOE hizo sobre la OTAN" ante un posible -y más que posible- rescate. Claro, o Tomás Gómez es muy joven o la petición que ha hecho y el ejemplo que ha puesto es de locos. Los gobiernos están para gobernar y los parlamentos para legislar, pero eso no merece la pena ni explicárselo. Lo terrible es el ejemplo del famoso referéndum sobre la OTAN que fue uno de los capítulos más lamentables del PSOE: primero por su convocatoria misma, segundo por la pregunta trampa que se planteo a todos los españoles y tercero, que fue el colmo, por el maravilloso pase del "NO" al "SI" de su propio partido en un pis-pas. Fue de locos.

Y así llegamos al Gobierno que sigue instalado en el recorte de lo fácil y en la amnesia de lo prometido despistando al personal que ha pasado del voto mayoritario a la desconfianza aun mas mayoritaria si hacemos caso a las encuestas.

Y llegamos a Francia, la gran referencia de la izquierda, la que iba a bajar los impuestos y gastar en lugar de recortar y por lo visto, no. Los titulares se los llevan los ricos, pero la subida del IRPF va a afectar, naturalmente, a las clases medias y ya veremos el blindaje de los sectores como educación, sanidad y justicia hasta donde llega.

La meta: Alemania, claro y su máximo tribunal a punto de descubrir que esto de estar en la Unión Europea hace perder soberanía a la nación. Todo un descubrimiento que sale a la luz cuando toca pagar. De locos. Pero esto es lo que hay y lo malo es que no parece que pueda surgir nadie capaz de enderezar un poco las cosas. Bueno, Mario Conde o Sánchez Gordillo, pero no estoy muy seguro.