Actualizado 03/03/2007 01:00

Andrés Aberasturi.- Nos mienten

MADRID 3 Mar. (OTR/PRESS) -

Ya no se trata de alargar la polémica sobre la legalidad de la decisión del Gobierno sobre De Juana; ni siquiera estoy por la labor de si era o no un pulso, de quién lo ha ganado, de debatir sobre lo que son "razones humanitarias" y la pomposamente calificada como "grandeza de la democracia". Menos aun se trata ya de estudiar las reacciones partidarias y partidistas de unos y de otros. Creo que el ciudadano esta cansado, perplejo, la mayoría triste aunque unos justifiquen la medida y otro no. Pero todo eso ya da más o menos igual. Lo hecho, hecho está.

Lo preocupante es que desde hace tiempo recuerdo aquella frase feliz del PSOE (creo que de Rubalcaba) contra el PP y su información sobre el 11-M que terminó siendo el eje apresurado de aquel trágico final de campaña en las generales: "Este pueblo no se merece un Gobierno que mienta" ¿Seguimos sin merecernos semejante atrocidad? Lógicamente sí.

Pues nos han vuelto a mentir, nos siguen mintiendo en muchas y muy variadas cosas y encima tienen el descaro de bromear sobre las mentiras. Nos miente don José Blanco cuando con una sonrisas cómplice y absurda asegura que el ministro de Industria "tiene una gran intuición" en el caso Endesa. Justifica con esa broma de mal gusto otra mentira, esta vez del ministro Clos, que pretende hacernos creer que el Gobierno está al margen de la entrada de los italianos en el asunto y son los propios italianos los que le tienen que sacarle los colores diciendo la verdad. Pero Clos no se pone rojo. Como tampoco se puso rojo Montilla, su antecesor, cuajando se había pactado lo de Gas Natural.

Nos miente el ministro del Interior cuando asegura que no ha habido trato de favor con De Juana y tienen que ser los sindicatos policiales los que, con papeles en la mano, demuestran lo sucedido en la habitación de la clínica madrileña en la que estaba el asesino etarra y su novia, además de algunos amigos, en una narración casi surrealista de algo que parece impensable en un país democrático europeo. Hasta ahora, que yo sepa, ni la señora Gallizo ni Interior han salido al paso de estas acusaciones de los sindicatos policiales ni han abierto expediente alguno a quienes han denunciado que la habitación de De Juana parecía el camarote de los Marx.

Y nos miente el presidente del Gobierno, responsable como es lógico de todo lo anterior, que sigue sin decirnos qué coño piensa hacer y, lo que aun es peor, que demonios ha hecho hasta ahora.

Y lo más grave de todo: me temo -y esto no lo puedo demostrar, claro- que nos miente el Congreso de los Diputados aprobando este último episodio del traslado de De Juana. Solo el PP se opuso. ¿Es que el resto de los españoles está de acuerdo? Todos -también ellos- sabemos que no, que más bien es al contrario, pero el voto en esta democracia se ha convertido en un mero trámite, en un cheque en blanco que ampara todas las mentiras en nombre del pueblo, esa cosa.

Andrés Aberasturi.

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