Actualizado 19/12/2006 01:00

Andrés Aberasturi.- La reunión

MADRID 19 Dic. (OTR/PRESS) -

Lo anunciaba el presidente en Nueva York: hay fecha y hora para su encuentro con el líder de la posición, Mariano Rajoy: será el día 22 mientras los niños de San Ildefonso canten los números de la lotería de Navidad. Solo falta "el calvo" -que ya no esta entre nosotros- soplando su polvo mágico sobre La Moncloa.

Hay dos posibilidades y lo malo es que sólo hay dos: la primera que en la intimidad de una habitación sin vistas ni testigos, el presidente pida el apoyo del partido Popular para el proceso de paz y que el líder de dicho partido le conteste que vuelva al pacto antiterrorista. Si pasa esto, todos habremos perdido una ocasión propicia para reconducir lo que deberían ser la relaciones normales entre los dos grandes partidos en cuestiones que trascienden el ámbito de la gobernabilidad.

La otra opción es que ZP le pida el apoyo expreso a su política antiterrorista ni Rajoy la vuelta del PSOE al viejo pacto tantas veces añorado. A partir de ahí, todo sería más fácil. Pese a lo que digan los zaplanas de turno y lo pepinos, nadie en su sano juicio puede creerse que unos u otros están en contra de la paz y del fin del terrorismo; pero es verdad que los caminos de unos y de otros fueron divergentes desde el principio. Es verdad que el PSOE fue leal con el gobierno del PP hasta la noche negra del 11-M y allí, entra tanto dolor y tanta sangre, se rompieron algo más que unos pactos. De lo que se trataría ahora no es de buscar culpables en el pasado ni divergencias en el presente sino qué hacer a fecha 22 de diciembre en este país pendiente de los niños de San Ildefonso. Habrá que buscar puntos de encuentro porque de los otros llevan hablando toda la legislatura y se los saben de memoria. Habrá que ceder por ambos lados y hablar con sinceridad y comprometerse incluso a cosas que no se tengan muy claras porque todos nos jugamos mucho.

Nadie va a reprochar al PP que tienda de verdad esa mano al Gobierno y nadie (salvo los que ya sabemos) va reprochar al PSOE por contar más seriamente con el segundo partido en lugar de intentar aislarle en falso que es la estrategia que ha seguido hasta ahora. No va a ser fácil que prevalezca el buen juicio y lo que la inmensa mayoría esperamos de esa reunión. Uno lo escribe a fecha de hoy con ilusión y sin apenas esperanza. Uno es calvo también, pero no tengo, como aquel exiliado de esta navidad, polvos mágicos para soplar sobre La Moncloa. Una pena

Andrés Aberasturi.

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