Actualizado 28/10/2006 02:00

Antonio Pérez Henares.- 'Pepiños' y 'Zaplanos'

MADRID 28 Oct. (OTR/PRESS) -

Ya es triste que los políticos, cada vez con menos ideas e ideología, pero por ello cada vez más cargados de sectarismo partidista como único elemento de diferenciación real, pretendan dividir a los ciudadanos en buenos y malos dependiendo del color del cristal desde el cual se mire. Es nefasto. Pero aún está resultando de peores efectos que el periodismo, que los periodistas, estén siendo arrastrados, con gran entusiasmo por parte de algunos, dicho sea de paso por tan peligrosa senda.

Sabe uno que la objetividad es imposible, porque cada cual tiene unos ojos y un corazón desde los que ve y siente y que siempre se está sujeto a alguna dependencia. Pero el análisis limpio y sin orejeras y escribir en conciencia y desde la independencia de criterio es, ha sido a lo largo de la historia de los medios de comunicación al menos una meta, una utopía, un impulso. Lo que hoy resulta más triste y penoso es que tales valores no solo no son positivos y se encuncian como tales sino que se convierten en la peor rémora profesional. Aquí no se exige compromiso, que es hasta importante el tenerlo, sino afiliación obligatoria, el carné, la militancia y la obediencia ciega a los postulados de esta u otra parte. En resumen, en la España actual a los periodistas se nos exige, y algunos acuden alborozados a la llamada a filas, que seamos "Pepiños" o "Zaplanos". Otra cosa no cabe. O estas aquí y esta es tu luz o estas allá y aquella es tu tiniebla. Si te sales de la parva, si te niegas a la trinchera te caerá la balacera por ambos lados o, aún peor, el destierro a las tinieblas exteriores y al ostracismo. Aquí te están diciendo a cada paso que se acabaron los gitanos que iban por el monte solos.

Corren muy malos tiempos para el periodismo, como lo corren para esta política con minúscula y en la que viven y medran gentes de talla minúscula y mezquina, de porte rastrero, que creen que su oficio se reduce a la puñalada trapera, la emboscada de matorral y lucro electoral cesante. Lo peor es que en tales artes se este haciendo cómplice y colaborador necesario a quienes, aunque nadie quiera ya hablar de eso, tienen también una responsabilidad con la sociedad. La muy olvidada responsabilidad social del periodismo y de los periodistas. Es hora de que alguien se niegue a ser parte del circo, figurante del espectáculo y se plante. El periodismo convertido en infantería política de estos partidos y los periodistas dándose codazos por alistarse y, eso si, que les den rango de teniente solo ha de traernos a la larga el descrédito y el rechazo de quienes debieran ser nuestro único referente, los lectores. Esta ha sido la profesión "canalla". Bien esta, pero, por favor, sigamos siendo de la muy honrada "canalla" antes que parte de la mesnada de los "Pepiños" o de los "Zaplanos", que igual me da que me da lo mismo.

Antonio Pérez Henares.

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