Actualizado 30/12/2006 01:01

Antonio Casado.- Gana Zapatero

MADRID 30 Dic. (OTR/PRESS) -

Nada nuevo en la rueda de Prensa del presidente para consumo rápido en formato de titular. Mérito de Zapatero y buena nueva para los ciudadanos. No para los periodistas, como queda dicho, porque el ritmo de unos y otros no es necesariamente el mismo. Especialmente en unos tiempos dominados por los climas de opinión artificiales y, por tanto, interesados, cambiantes y cosidos al último fogonazo de la actualidad informativa.

Haber sabido sobrevolar ese reino, con un discurso cuyas pautas siguen siendo las mismas, no solo en el llamado "proceso de paz", y sin perjuicio de ir encajando en dichas pautas logros de lo pasado y planes de futuro, ha sido el gran acierto de Rodríguez Zapatero en su comparecencia ante los periodistas tras el Consejo de Ministros de este viernes.

En tanto el principal partido de la oposición se monta en el oleaje de esos climas de opinión elaborados en ciertas factorías sindicadas contra la titularidad de la izquierda en el poder, como si eso fuera una anomalía de la democracia, la rueda de Prensa de Zapatero también ha sido una enmienda a la totalidad del discurso político del PP, por mucho que éste se esfuerce en impugnar las declaraciones del presidente del Gobierno.

Ni las preguntas de los periodistas ni las respuestas de Zapatero dieron pie a sospechar que España vaya a romperse por la revisión estatutaria, que los españoles estén a un minuto de una nueva guerra civil por culpa de la llamada ley de memoria histórica, que el Gobierno se haya rendido ante ETA o que Rodríguez Zapatero sea la última encarnación del anticristo. Sin embargo, estos son los platos que se sirven cada día a millones de lectores, oyentes y telespectadores más o menos interesados por la cosa pública de su país.

Deseaba el presidente que lo más relevante de su comparecencia, a efectos mediáticos, no estuviera obligatoriamente referido al "final dialogado" de la violencia terrorista. No lo logró. Pero los hechos se empeñan en adaptarse mucho más a su discurso, inalterable desde el alto el fuego de marzo, que al discurso de los agoreros. Levantar acta de que las cosas están mejor que hace un año, si nos atenemos a los hechos y no a sus interpretaciones, es bastante para dejar en evidencia a quienes hablan de "rendición de Zapatero", "claudicación del Gobierno" o "rearme de ETA". Climas artificiales cuyos agitadores han convertido ya en una falsa alarma permanente. Es su gran error porque si la alarma llega a anunciar un peligro real, nos va a pillar a todos mirando hacia otro lado por desgaste de los agoreros.

Antonio Casado.

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