Actualizado 07/11/2006 01:00

Antonio Casado.- Golpe de timon en el PP

MADRID, 7 Nov. (OTR/PRESS) -

Lo malo de las rectificaciones de un líder es la confusión que deja entre los seguidores. Muchos se pierden en la polvareda que sigue al volantazo del conductor. Eso le cuadra al golpe de timón decidido por Mariano Rajoy en política territorial. Ahora apoya en Valencia, Andalucía, Baleares, Castilla-la Mancha, etc., lo que criticó en Cataluña, empezando por el hecho mismo de revisar los Estatutos de Autonomía sin apreciar una ostensible demanda en ese sentido por parte de la ciudadanía.

En un principio, la política oficial del PP impugnó las reformas propuestas por Zapatero y convirtió la catalana en heraldo de la ruptura de España. Iba a ser el preludio de la desintegración nacional si el resto de las Comunidades, por no ser menos, se lanzaban por ese camino. Lo hicieron, incluidas las autonomías gobernadas por el PP. Y España no se rompió. Y el PP impugnó ante el Tribunal Constitucional artículos del "Estatut" que luego aceptó sin ningún problema en otros Estatutos. No sólo el de la famosa "realidad nacional" de Andalucía que ahora a Rajoy le parece un simple juego de palabras, sino a cuestiones como los derechos y deberes, la relación bilateral con el Estado, inversiones estatales fijadas en el propio texto, etc.

El golpe de timón de Mariano Rajoy en política territorial se escenificó hace unos días en el Comité Nacional del PP, con el expreso respaldo del líder a Javier Arenas y Josep Piqué, que siempre defendieron la implicación del partido en estos procesos de reformas estatutarias, lo cual no dejaba en muy buena posición al portavoz parlamentario, Eduardo Zaplana, que siempre se opuso a los mismos por entender, en línea con el discurso inicial de Mariano Rajoy, que no respondían a una demanda de los ciudadanos y que, efectivamente, podían poner en riesgo la articulación del Estado. Ideas de Zaplana fielmente reflejadas en su artículo del viernes pasado en un diario de Madrid, donde lamenta que se le tache de "reaccionario" por apoyar la continuidad de un Estado articulado como garantía de la solidaridad entre los españoles, tal y como se diseña en la Constitución y como de hecho viene funcionando razonablemente bien : Estado de las Autonomías.

Todo lo cual se ha interpretado como un ataque personal a Javier Arenas, que ha pactado con el PSOE la reforma del Estatuto de Andalucía, y a Josep Piqué, a pesar de que Zaplana se limita a proponer de pasada un turno de reflexión sobre la política del PP en Cataluña. Me parece injusto que un amplio sector del PP haya interpretado como una deslealtad esta posición de Zaplana que, como queda dicho, no ha hecho más que acomodarse al discurso que ha venido manteniendo Rajoy hasta cinco minutos antes de apoyar en el Congreso el Estatuto de Andalucía.

Antonio Casado.