MADRID 17 May. (OTR/PRESS) -
Lo más positivo que se ha despachado en el tramo de campaña electoral transcurrido hasta el momento es una propuesta de renovación del Pacto Antiterrorista, con el PNV dentro, formulada precisamente por Juan José Imaz, que es el presidente de dicho partido. Con la conformidad del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, convencido de que el actual pero tambaleante Pacto Antiterrorista, que él a su vez propuso hace ya más de cinco años al PP, en tiempos del Gobierno Aznar, se ha quedado obsoleto. La propuesta de Imaz se ha perdido en la polvareda de los mítines electorales y el insensato debate sobre el reciente proceso de anulación de candidaturas, pero se tendrá que recuperar antes o después. Por muchas razones.
La primera y principal es la urgente necesidad de ampliar la base política de una común aversión al terrorismo, compartida por la inmensa mayoría de la ciudadanía española en general y vasca en particular. Tan simple como eso, si tenemos el coraje de sacudirnos los prejuicios y la tentación de procesar "a priori" las intenciones ajenas. Un frente común contra el terrorismo capaz de desbordar, por extensión, claro, el concierto clásico de las dos fuerzas centrales del sistema, PSOE y PP, sería letal para ETA. Nada parecido a la situación actual, la mejor para la banda terrorista, feliz con la reyerta permanente entre los socios del actual Pacto Antiterrorista. La propia ETA podría acelerar la botadura de un nuevo Pacto, con Izquierda Unida y el nacionalismo vasco no radical, si hiciese algo que no se nombra pero se teme.
Aparte de ese algo que se teme, como respuesta al agravio por la anulación de candidaturas vinculadas a la ilegal Batasuna, el otro elemento capaz de poner en valor la propuesta de Juan José Imaz sería la eventual derrota del PP de Mariano Rajoy en las próximas elecciones generales. Eso supondría su marcha y la aparición de un nuevo líder poco dispuesto a repetir los errores de su antecesor en materia de política antiterrorista. No tendría que tragar ruedas de molino, pues los principios básicos del nuevo Pacto Antiterrorista, tal y como los ha enunciado Imaz, son los mismos que abrazaron el PP y el PSOE cuando firmaron el Pacto aún vigente: aplicación de las leyes, sacar la política antiterrorista del debate entre partidos, no al precio político por la paz y final dialogado de la violencia. Un buen asunto para después de las elecciones del 27 de mayo, aunque probablemente haya que seguir esperando hasta las generales de 2008. Mientras tanto, por desgracia, ETA y la política antiterrorista siguen marcando la campaña. Y todos entramos al trapo porque entre PSOE y PP siguen a la greña. Rajoy no se apea de que el Gobierno está favoreciendo el retorno de los amigos de ETA a los ayuntamientos. Y Zapatero tampoco le ofrece otra cosa que la exigible necesidad de apoyar al Gobierno de la Nación en su intento de acabar con ETA. Uno de los dos, Zapatero o Rajoy, no estarán en la próxima Legislatura. Entonces habrá una oportunidad para la propuesta de Imaz.
Antonio Casado.