Actualizado 21/06/2007 02:00

Antonio Casado.- Sanz repetirá en Navarra

MADRID 21 Jun. (OTR/PRESS) -

Cuando los socialistas han amagado con un posible pacto PSN-Nafarroa Bai para gobernar en la Comunidad Foral de Navarra, los dirigentes del PP han avisado de que ese "no sería un buen camino para avanzar hacia la derrota de ETA". El entrecomillado es del número dos del partido, Angel Acebes. Por tanto, tiene la relevancia suficiente como para descifrar la advertencia en relación con su apoyo a la política antiterrorista del Gobierno, anunciado por Mariano Rajoy después de su reciente encuentro con Rodríguez Zapatero en Moncloa.

No es nada buena esta señal emitida por el PP. Da pie a sospechar que pone precio a su colaboración en la unidad de los demócratas con el objetivo de sacar a ETA de nuestras vidas. Una política de Estado que se pondría en riesgo si a los socialistas se les ocurriese pactar con el nacionalismo vasco para gobernar en la Comunidad Foral de Navarra. Por eso el otro día José Blanco, número dos del PSOE, pidió al PP que despejara públicamente esa duda.

No hubo respuesta, pero tampoco ha habido marcha atrás en la formulación del aviso verbalizado por Acebes. La ecuación es sencilla: por un lado, se apoya al PSOE para derrotar a ETA; por otro, se advierte de que si PSN y Na Bai le quitan el Gobierno navarro a UPN, franquicia regional del PP, no se está caminando hacia la derrota de ETA. Más claro, agua. El PSOE toma nota y, a su más alto nivel de dirección federal, encuentra en la advertencia una razón más, aunque no es la única, para considerar que en estos momentos no les conviene un pacto con los nacionalistas de Nafarroa Bai.

Sin embargo, a los socialistas les interesa en estos momentos transmitir la imagen de que intentan entenderse con los nacionalistas vascos de Navarra, a pesar del malestar de aquellos por la cesión de concejalías a ANV. Y en realidad se han entendido a la hora de formar la Mesa del Parlamento constituido este miércoles. Otro cantar será lo que ha de ocurrir en la investidura del presidente de la Comunidad, prevista para diez días después de la constitución del Parlamento.

Los socialistas no apoyarán en ningún caso a la UPN de Miguel Sanz, pero se abstendrán en la segunda sesión, después de haber votado "no" a Sanz en la primera. Eso quiere decir que Sanz, que se ofreció a retirarse si su persona era un obstáculo en un eventual pacto UPN-PSN, seguirá presidiendo la Comunidad Foral de Navarra, aunque sin el apoyo del PSN. Bastará la abstención de los socialistas en la segunda sesión, cuando sea suficiente la mayoría simple. Por cierto que Miguel Sanz nunca fue un obstáculo en los tratos previos PSN-UPN. En todo caso, lo fue Mariano Rajoy, como nos dio a entender José Blanco, tras la reunión de la Ejecutiva federal de su partido el pasado lunes. Y es verdad que Rajoy ha venido acusando a Zapatero de entregar el alma de Navarra al diablo hasta cinco minutos antes de saberse que el PSN permitirá a UPN, la fuerza más votada, seguir gobernando en Navarra. Al menos hasta las elecciones generales.

Antonio Casado.

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