Actualizado 26/10/2006 02:00

Antonio Jiménez.- Gallardón y Solbes lo celebran

MADRID 26 Oct. (OTR/PRESS) -

Sorpresa ha causado la designación por parte de Zapatero de su asesor económico como candidato socialista a la alcaldía de Madrid. Y con sorpresa, perplejidad y un enorme júbilo fue recibida, me barrunto, me imagino, la noticia por el vicepresidente Solbes. Algunos de los colegas especializados en información económica y expertos en la materia a los que consulté sobre la elección de Miguel Sebastián, curiosamente reaccionaron con la misma descarga irónica: el nombramiento de Sebastián es una extraordinaria noticia para la economía española y sobre todo para Solbes, que se quitan de en medio la perniciosa influencia del hombre más próximo a Zapatero en economía. Desaparecido Sebastián del ámbito de influencia económica del presidente del Gobierno, desaparecen también los riesgos para la economía española.

En ámbitos empresariales y financieros aún se recuerda que el futuro candidato socialista a la alcaldía de Madrid tiene acreditado un currículo de predicciones económicas fallidas durante su etapa al frente del Servicio de Estudios del BBVA. Más recientemente, instalado ya a la sombra de Zapatero en la Moncloa, Sebastián pasa por ser el inductor político junto a Montilla de la OPA de Gas Natural sobre Endesa, devenida en gran fiasco, y en muñidor del frustrado asalto de Sacyr al BBVA con la intención de descabalgar a Francisco González de la presidencia de la entidad financiera para colocar al frente de la misma a su amigo, Luis del Rivero, quien ha seguido contando con su apoyo en la operación Repsol, según los analistas. En este sentido, el paso de Miguel Sebastián como asesor de Zapatero en temas económicos y financieros no se ha distinguidos por los aciertos en sus decisiones, ni por la oportunidad de los planteamientos, sino por un excesivo y visible intervencionismo político.

Al parecer, a Sebastián, lo que le mola es la política y no tanto la economía, y al final va a cumplir su sueño aunque sea desde la oposición municipal en el Ayuntamiento de Madrid. No creo que su candidatura haya inquietado para nada a Ruiz Gallardón que se medirá a una persona desconocida para los madrileños. El hasta ahora asesor económico de Zapatero era una persona que podía presenciar el clásico Real Madrid-Barcelona desde el palco de su amigo Rivero-Sacyr en el estadio Bernabeu y durante el descanso moverse entre los espectadores sin que nadie le echara cuentas, como de hecho ocurrió. En cuanto a la apertura de la "chistera" coincidiendo con el debate de Estrasburgo, para desviarlo del primer plano informativo, evidencia las intencionadas artes políticas de un Zapatero que no tiene empacho ni vergüenza en decir que llevaba meses pensando en Miguel Sebastián como el candidato idóneo. Menos mal que todo el mundo sabe que ya sólo le quedaban Sonsoles, las niñas y el mismo Sebastián, a quienes ofrecerles la candidatura.

Antonio Jiménez.

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