Actualizado 25/11/2006 01:00

Antonio Jiménez.- De inoportunidades y torpezas

MADRID, 25 Nov. (OTR/PRESS) -

Alguien dijo, -¿acaso fue el recurrente e ingenioso Pío Cabanillas padre?-, "cuerpo a tierra que vienen los nuestros" en referencia a la ingratitud y cainismo que suele prodigarse entre iguales políticos ya sean de derechas, izquierdas o de centro, por muy reformistas que se tengan. Pues eso, que hay veces que no es necesario escrutar y vigilar a los rivales y adversarios sino a los conmilitones más próximos.

El tándem Esperanza Aguirre-Ruiz Gallardón con sus respectivos equipos y seguidores, representa un prototipo exacto de familia política mal avenida. Todo el mundo sabe que no se digieren ni con sales de fruta, se aguantan lo imprescindible sólo por guardar las formas y, sin embargo, están condenados a mal entenderse, compartir el mismo lecho político y encima, para la suerte de ambos, no tienen oposición política que les tosa ni inquiete, por ahora, electoralmente. Entonces, ¡qué necesidad tenía Esperanza Aguirre de llevar al extremo de la letra impresa, en una biografía autorizada, lo que piensa a diario, pero suele callarse obligada por la prudencia, de su compañero Alberto. Tendría guasa que un deprimido Rafael Simancas, al que las encuestas siguen dándole la espalda, ninguneado y humillado por Zapatero hasta la provocación, sacara petróleo político de un "asunto prosaico" como lo ha definido Rajoy, por la torpeza e inoportunidad de una excesiva elocuencia a destiempo, o sea, en vísperas electorales.

Sería cómico que Esperanza Aguirre o Ruiz Gallardón acabaran siendo víctimas del "fuego amigo y graneado" que mutuamente se dedican para regodeo y alborozo electoral de Rafael Simancas y Miguel Sebastián por la dichosa y prosaica biografía de marras. Hay momentos en que los políticos que se tienen por hombres de Estado y sentido de la responsabilidad, hacen de tripas corazón, desayunan el inevitable sapo mañanero y afrontan la jornada con una sonrisa de oreja a oreja. Alberto Ruiz Gallardón ha tenido una extraordinaria oportunidad de haberlo demostrado sacando cintura política antes que anular el compromiso adquirido para asistir a la presentación de un libro, que según dice no ha leído aún, y cuyas referencias a su persona, viniendo de Esperanza Aguirre, tampoco debieran sorprenderle en demasía. Aún está a tiempo de dar la campanada y presentarse en el acto. ¡Con un par!

Antonio Jiménez.