MADRID 21 Abr. (OTR/PRESS) -
Ni Matas ni López Aguilar, candidatos popular y socialista, respectivamente, a los gobiernos de Baleares y Canarias pueden alardear de tener un "ojo clínico" para fichar a supuestas y emergentes estrellas políticas o rodearse de los asesores adecuados que no terminen birlándoles la cartera o haciéndoles un descosido en el terno de candidatos.
La incorporación a las listas del PP balear, como independiente, de María de la Pau Janer con el propósito de ampliar el horizonte electoral de Jaume Matas el 27-M y renovar mandato, ha conseguido el efecto contrario que perseguía: el enfado de los militantes y votantes convencidos y el sarcasmo de los adversarios ante el comportamiento volátil e incoherente de la escritora. Antes de que los sagaces ojeadores populares isleños le echaran el anzuelo a la Janer sabíamos de ésta que era una escritora mediocre, prescindible y sospechosamente agraciada con un "Planeta", ahora también sabemos que entre los rasgos de su personalidad no está la coherencia, pero sí la frivolidad.
La trivialización que esta chica hace de la política al aceptar engrosar la lista electoral de un partido político cuyo ideario doctrinal le produce repugnancia, casi tanta como los dirigentes nacionales de esa formación con los que jamás posaría en una foto mientras se rinde ante los encantos del líder de CiU, Artur Mas, que son las siglas que en realidad le "molan", debería llevar a Matas a reconsiderar la continuidad de Maripau en su candidatura para evitar males futuros con tan vaporosa e inestable señora sentada en un escaño. La Janer, con estos antecedentes, no deja de ser para Matas, en caso de que renueve mandato, una bomba de relojería política dispuesta para explotar en cualquier momento de la legislatura.
En esto, al menos, Matas no podrá llamarse a engaño si mantiene su apuesta por la locuaz y provocadora señora, cuyo peligro político es comparable al que desarrollan los toros "avisados"; se les ve venir. En cambio al ex ministro y candidato socialista al gobierno canario, Juan Fernando López Aguilar, el peligro que le acechaba era "sordo", ese que no se advierte y que cuando se quiere reaccionar, como es su caso, ya eres víctima del ridículo hecho por presumir de ideas ,proyectos e iniciativas políticas ajenas, esto es , de los Ciudadanos de Cataluña en concreto. Por el cínico y recordado Tierno Galván supimos que los programas electorales de los partidos se hacen para no cumplirlos. Ahora gracias a los socialistas canarios también sabemos que se hacen en la creencia de que como nadie los lee, ni siquiera los dirigentes , da igual lo que pongan y digan los asesores de campaña.
Antonio Jiménez.