MADRID 7 Nov. (OTR/PRESS) -
¿No fue Alfonso Guerra quien dijo, tras la victorias de la UCD de Adolfo Suárez y la consiguiente derrota de Felipe González y del PSOE, que cada pueblo tiene el Gobierno que se merece? Los catalanes van a sufrir de nuevo al "tripartito" porque así lo han decidido Montilla y Carod Rovira, quienes desde su particular y egoísta interpretación de los resultados electorales del 1-N, han considerado que Cataluña votó de nuevo por un Gobierno de coalición formado por socialistas, comunistas e independentistas y, también, por culpa de los más dos millones de potenciales electores con derecho a voto que optaron por quedarse en casa en vez de votar en blanco y expresar de esa forma su protesta y rechazo a la clase política de "cuarta división" que les ha tocado en suerte.
El sistema democrático, el menos malo de los posibles, incurre en una evidente perversión cuando permite que la fuerza política más apoyada en número de votos y escaños pase a la oposición, mientras que las dos más castigadas en las urnas por su nefasta gestión de Gobierno, disfruten nuevamente de la ostentación del poder. Montilla y Carod le han robado la cartera otra vez a Artur Mas a pesar de las advertencias de Durán Lleida a Zapatero. Socialistas e independentistas, con la reedición del infausto "tripartito", van a propinarle una patada a Mas en el trasero de todos esos catalanes que de forma directa o indirecta le quitaron al PSOE cinco escaños y dos a ERC, por su penosa gestión al frente de la Generalitat. El voto de rechazo que sufrieron en las urnas no ha avergonzado para nada a Montilla y Carod, que tres años después de haber pisado moqueta de Patrimonio y subido a los coches oficiales, no están dispuestos a intercambiar poder por principios y dignidad, aunque ello haga más profundo el pronunciado abismo que ya separa a los ciudadanos catalanes de su desprestigiada, desacreditada e instalada clase política.
Con la reedición del "tripartito" gana Montilla que será presidente de la Generalitat, a pesar de ser un político mediocre y malo como ha evidenciado en el Ministerio de Industria y durante su campaña electoral, y también gana Carod Rovira, un cadáver político que resucita con su vuelta a la Generalitat, pero pierden los catalanes y fracasa Zapatero que sigue de triunfo en triunfo hasta la derrota final. El presidente del Gobierno cada vez que apuesta por algo consigue todo lo contrario de lo que persigue. Zapatero se quedará sin el Gobierno "sociovergente" que le garantizaba el apoyo de CiU en Madrid y sigue sin soltarse el incómodo y pesado lastre de ERC. Y en cuanto a Artur Mas, que se lo "haga mirar", a poder ser por un notario, a ver si se entera de una vez que los que le roban la cartera no son el PP ni Piqué.
Antonio Jiménez.