MADRID 28 Nov. (OTR/PRESS) -
Sabido es que los vídeos, al igual que las pistolas, suele cargarlos el diablo. Pues aún así, hecha la advertencia, los partido insisten en esgrimir el vídeo como arma arrojadiza política contra el adversario. La videomanía hace furor en los cuarteles generales de los partidos en sintonía con ese dicho que asevera que nada que no salga por la tele tiene importancia o marchamo de evidencia. Una imagen, por más que nos hayamos empeñado en rebatirlo, sigue valiendo más que mil palabras impresas. Nuestros hijos conocen de las andanzas de Alejandro Magno y se recrean con la guerra de Troya sin necesidad de beber en los clásicos griegos y sin que, aparentemente, nadie se escandalice porque esa seudo cultura audiovisual sustitutiva de los libros, abuse de la impostura, el falseamiento de la historia o la deformación de los acontecimientos.
Antes se decía de los políticos "veleta", incoherentes y frívolos que sus palabras no resistían un breve paseo por la hemeroteca; ahora se trata de blandir el vídeo, apelar al pasado a través de la imagen y la palabra, más impactantes que la letra impresa, como amenaza y estrategia de combate político. Las experiencias negativas de CiU en la campaña electoral catalana y más recientemente del PP con motivo de la Conferencia de Seguridad, cuyos vídeos les proporcionaron más disgustos que satisfacciones y réditos, no han arrugado al PSOE que también ha sacado el suyo, ¡faltaría más!, y me barrunto que no habrá gustado mucho en Génova.
Los socialistas intentan con su documental explicitar ante la opinión pública que Zapatero no está haciendo, hasta ahora, con ETA más de lo que hizo y dijo Aznar durante la tregua del 98. Y a simple vista no exageran. Durante aquella tregua, es cierto, hubo excarcelaciones y acercamientos de presos etarras a cárceles del País Vasco y, también, "kale borroka" y robos de explosivos por parte de ETA. Asimismo, las palabras, de las que son prisioneros en el vídeo recordatorio de aquella tregua, Aznar, Rajoy, Miguel Angel Rodríguez, entonces portavoz del Gobierno, y Miguel Sanz, presidente de Navarra, no difieren tampoco mucho de las que ahora emplean el propio Zapatero y otros dirigentes socialistas al referirse a la negociación con los terroristas y al objetivo de la paz como fruto de esa negociación. El vídeo servirá para tranquilizar las conciencias de algunos socialistas confusos con la negociación pero aumentará la brecha que les separa de los populares, quienes, a su vez, están obligados a contraprogramar con el único argumento posible: lo importante es que Aznar no cedió ante ETA, y Zapatero tampoco debe ceder; y punto.
Antonio Jiménez.