Actualizado 24/11/2006 01:00

Antonio Jiménez.- ¿Vuelta al pacto?

MADRID 24 Nov. (OTR/PRESS) -

Varios detalles acaecidos en las últimas horas pueden llevarnos a pensar en un nuevo rumbo, una nueva estrategia del Gobierno, en el proceso de negociación con ETA. Zapatero sigue sin aclarar las consecuencias que según dijo tendría el robo de armas en el sur de Francia si se confirmaba la autoría de la banda terrorista. El presidente del Gobierno seguirá siendo prisionero de sus palabras en tanto no sustancie ese compromiso político que como se le ha recordado editorialmente El País "no puede ignorar o minimizar porque sería interpretado inmediatamente por ETA como que, haga lo que haga, mientras no mate, el Gobierno seguirá adelante". Llama la atención, sin embargo, que el líder de la oposición Mariano Rajoy no aprovechara la última sesión parlamentaria de control al Ejecutivo para preguntarle a Zapatero por las consecuencias; pregunta que, sin duda, potenciada por el efecto del citado editorial, habría incomodado y colocado en una difícil posición al presidente que interrogado después por los periodistas en los pasillos del Congreso dio la callada por respuesta.

¿Porqué Rajoy, un día después de conocerse el barómetro del CIS que sitúa a socialistas y populares en empate técnico en intención de voto y que confirma el acusado desgaste electoral de Zapatero a cuenta de su "proceso", no le puso contra las cuerdas demandándole las consecuencias de la acción terrorista perpetrada por ETA en el vecino país? ¿Habrá hecho caso Zapatero a El País que tras recordarle, en ese mismo editorial, que no descartara el regreso de ETA a su lugar del crimen habitual, también le pedía que restableciera sin más demora la comunicación directa con Rajoy y una posible vuelta al Pacto Antiterrorista como mensaje de firmeza a la banda? Alguna explicación debe tener la moderada actitud de Rajoy en la última sesión de control al Gobierno, interpretada como "sospechosamente versallesca". Ni siquiera el forzado cambio de criterio de la Fiscalía sobre las "herriko tabernas" a las que intenta salvar de su liquidación con la increíble teoría de que no hay pruebas que las vinculen con la ilegalizada Batasuna, encendió el debate de Zapatero y Rajoy.

En todo caso, nada sería mejor recibido por la opinión pública y singularmente por las víctimas que de nuevo se van a manifestar el próximo sábado en Madrid contra la negociación con los terroristas, que el presidente del Gobierno reabriera los canales de comunicación con el líder de la oposición y volviera al Pacto Antiterrorista tal y como Rajoy le está pidiendo desde el primer instante en que decidió adentrarse en el avispero etarra sin la imprescindible compañía del PP.

Antonio Jiménez.

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