Actualizado 11/12/2012 13:00

Antonio Pérez Henares.- Disculpen el desahogo.

MADRID 11 Dic. (OTR/PRESS) -

Lo único que le faltaba a Europa es que volviera Berlusconi. El solo anuncio de tal posibilidad ha supuesto que se desplomen las bolsa, se dispare la prima de riego. ¿Y por qué tal alarma? Pues porque hasta puede que vuelva ganar las elecciones.

Que les parece un disparate. Pues no se de qué se extrañan. Aquí un vicepresidente de Zapatero es quien pretende ser alternativa de Gobierno y una ministra suya que ni siquiera se cree España, intenta ser el recambio de Rubalcaba. No es que uno compare a Berlusconi con ZP pero salvando las distancias no se cual de los dos ha dejado a su país más hundido.

La verdad es que uno vuelve de unos días de no querer leer un periódico ni oír una radio y nada más ponerse en carretera suma el disgusto al desaliento. ¿Cómo ha podido ser Díaz Ferrán presidente de los empresarios españoles? ¿Cómo es posible que Flores, el de la macabra fiesta en Arena siga en libertad? ¿Cómo es posible que el vicealcalde Villanueva no haya tenido la decencia de dimitir y Ana Botella el mínimo gesto de cesarlo fulminantemente? ¿Cómo con todo ello y con la ristra de casos engarzados sin solución de continuidad pueden pretender que creamos en quienes dicen que sirven al interés público?

Lo que se está cometiendo contra la ciudadanía española es una monumental falta continuada de respeto. Es una auténtica burla repetida, reiterada y sin propósito de enmienda.

Lamento el pesimismo pero en estos momentos tan difíciles casi nadie está a la altura ni afronta su responsabilidad, ni el partido del gobierno, ni el de la oposición, ni los empresarios ni los sindicatos. Me temo que ya casi nadie. Y no nos excluyo en absoluto ni excluyo ni a los medios de comunicación ni a quienes en ellos estamos. Hay lunes que uno simplemente ve claro que esto no tiene remedio. Por la simple razón de que quienes no lo tenemos somos nosotros. Disculpen el desahogo.

Contenido patrocinado

Foto del autor

Charo Zarzalejos

Cuando la realidad atropella

Foto del autor

Fernando Jáuregui

Por qué esta Constitución ya no nos sirve (del todo)

Foto del autor

Luis Del Val

Uñas pintadas como obligación

Foto del autor

Julia Navarro

El perdón