Actualizado 01/06/2010 14:00

Antonio Pérez Henares.- Las encuestan graznan sobre las taifas socialistas.

MADRID 1 Jun. (OTR/PRESS) -

El graznido de las encuestas despierta desde hace un tiempo, y cada mañana más sonoramente, a Zapatero en La Moncloa. Pero ayer los negros cuervos clamoreando sus sombríos presagios sobrevolaron también los palacetes de los reinos de taifas y una sensación de inminente catástrofe recorrió las almenas de los fortines socialistas desde las orillas del Tajo hasta los mares baleáricos y cantábricos. Cinco "marcas" caían con estrépito: Baleares, Asturias, Cantabria, pero también las hasta ahora siempre inexpugnables Extremadura y Castilla-La Mancha, donde el enemigo no ha logrado poner pie nunca en toda la reciente historia autonómica de España. Por descontada se da ya Cataluña donde la realidad virtual de los sondeos puede ser la primera que se convierta en dolorosa realidad en las urnas.

Se salvan y por los pelos, Andalucía, gracias al colchón del socio IU pero quedándose detrás ya en intención de voto, y Aragón que está en un tris de hacer tras. En el País Vasco ahora no toca. No se han publicado, todavía, datos de intención de voto en lo que también tocará en 2011, las municipales. La debacle que pueden anunciar puede resultar apocalíptica: pérdida de Barcelona, Sevilla, Palma de Mallorca, tal vez de Zaragoza y ganancia encima del contrario de Córdoba, donde ahora gobierna IU.

Una pesadilla, sin duda. Pero, y por fortuna, por el momento para el PSOE, eso: una pesadilla. Aún está en sueños, aún no es la realidad tangible: el verbo de los sondeos aun no se ha hecho carne. Uno las encuestas se las cree hasta donde tiene que creérselas. Reflejan la foto fija de un movimiento. Y la tendencia no ofrece duda. En picado y sin frenos. Pero hay matices. Por ejemplo y en el caso autonómico indican también claramente que en la valoración estrictamente regional los gobernantes socialistas tienen agarraderas.

Barreda es el mejor ejemplo. Obtiene una magnífica nota de sus conciudadanos. Y eso es lo que intentara poner en valor para invertir los pronósticos. No será la primera vez que pasa. A ello se intentará también aferrar el extremeño Fernández Vara y el asturiano Alvarez Areces. Los alcaldes no tanto, porque al sevillano Monteserin, defenestrado ya, lo único que le queda es abusar del coche oficial. Se lo hizo llevar a Barcelona a la final de la Copa (él viajó en avión) para allí no tener problemas de taxi. 24 horas de viaje del conductor y más de 1.200 euros de gastos para que se notara el rango y el privilegio.

Terribles las encuestas. Tan malas que la tentación es pensar que a peor no pueden ir los resultados y que mejoraran tan funestas previsiones. Influirá el localismo, sin duda. ¿Pero, y si lo que sigue es que ZP tenga que seguir bebiendo el amargo cáliz de seguir aplicando las medidas más duras e impopulares entre quienes con precisamente sus también virtuales votantes? Lo que tan sombrío amenaza puede, en efecto, aclarar y ofrecer alguna luz, pero también es muy cierto que lo que va mal suele tener además la tendencia a empeorar.

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