Actualizado 02/03/2010 13:00

Antonio Pérez Henares.- ¡No caigamos de nuevo en la trampa, por favor!

MADRID, 2 Mar. (OTR/PRESS) -

ETA está al borde del colapso y sus tentáculos políticos desesperados. La recuperada política antiterrorista, rectificado los errores del penoso Proceso de Paz, de firmeza y persecución sin tregua, ha vuelto a dar los resultados mejores. Los terroristas -que sin duda siguen teniendo capacidad de traer muerte y dolor-se encuentran cada vez más acorralados, acosados policialmente, aislados internacionalmente y cada vez más aislados de la sociedad. De la propia sociedad vasca. Los golpes les caen uno tras otro, inmisericordes, allá donde estén o desde donde intenten reorganizarse. La nueva caída de su jefatura o el desmantelamiento de la infraestructura en Portugal son la mejor prueba.

Están desesperados, están a punto de perder toda esperanza, al borde más que nunca de ser obligados a rendirse y abandonar definitivamente las armas y la violencia. Uno de los más claros síntomas es lo que cada vez se trasluce más de sus presos que ya sólo ven ante ellos el horizonte negro de cumplir condena por sus crímenes. Están al borde de la derrota. A ello, no se olvide, ha llevado, como siempre la firmeza, la unidad y el no hacer ni concesión ni abrir ventana alguna a negociaciones y juegos. ¡No se olvide, por favor!.

Porque llegados a este punto siempre parecemos caer en la tentación de olvidarnos. Y porque precisamente en este momento es cuando, una vez más, sin oxigeno buscan con el viejo truco ese balón que se lo de y les permita recuperarse del colapso.

Lo único que les mantiene en el País Vasco es aquel error terrible de permitir presentarse a ANV en mas de un centenar de municipios. El Tribunal Supremo se quejó amargamente de no haber podido eliminar todas las listas ya que el Gobierno, a través de la Abogacía del Estado y la Fiscalía tan sólo presentaron impugnaciones a la mitad a pesar de tener evidencias policiales de la vinculación con ETA-Batasuna de muchas otras. Esos ayuntamiento y esos concejales es lo que les queda.

Y ahora temen perderlo. Temen que en las próximas elecciones locales el cerco ya se cierre definitivamente y se queden sin salida, sin bases, sin sustento, incluso sin dinero. Por ello ha comenzado la maniobra de la serpiente. Ese reptar a que condeno un poquito y luego veremos, pero tu me dejas. Y con ETA no romperé pero diré que hace cosas feas. El viejo juego, el perverso juego, la trampa de siempre.

No caigamos en ella, por favor. Cuidado con el veneno de la víbora. ¿No está claro que lo único que de verdad da resultado es lo que se está ahora haciendo?. Pues sigamos en ello. Duro y a la cabeza. Con ETA y sus tentáculos no cabe negociación alguna excepto la de fijar el momento de la rendición y la entrega de las armas. Después hablamos. Antes ni una palabra, ni una "exploración, ni un gesto de buena voluntad. Ni un concejal.