Actualizado 10/11/2006 01:00

Carlos Carnicero.- De Juana Chaos como problema

MADRID, 10 Nov. (OTR/PRESS) -

La sentencia de la Audiencia Nacional -que ha impuesto 12 años y 7 meses de prisión a Juan Ignacio de Juana Chaos- afirma que el etarra señaló objetivos a ETA. ¿Qué otra finalidad podría tener facilitar los nombres y datos de las personas que él consideraba que le estaban perjudicando. Pretender que tienen el mismo rango de amenazas las vertidas por una persona sin antecedentes penales que las que lanza un terrorista condenado por veinticinco asesinatos, no es de recibo.

Tenemos noticias por el propio presidente del Gobierno de que este miembro de ETA estaría ahora en disposición de apoyar el proceso de negociación. Resulta difícilmente digerible que sea José Luís Rodríguez Zapatero quien dé fe a la opinión pública del estado de ánimo de este asesino. Pero, en todo caso, no debiéramos consentir que una sentencia judicial pueda constituirse en problema porque ni siquiera estamos en una fase de diálogo sobre posibles medidas de reinserción de miembros de ETA.

Para ser más precisos, no sabemos si ETA de verdad quiere dejar las armas sin recibir compensaciones, que es el mandato del Congreso de los Diputados del que dispone el presidente del Gobierno. Las cosas están como estaban. O peor, porque resulta que ahora ETA dispone de un arsenal de trescientas cincuenta pistolas y casi diez mil proyectiles, robados en pleno proceso de "abandono de la violencia". En este contexto, ¿es una dificultad añadida la condena de De Juana Chaos? ¿En caso de que fuera posible, ¿tendría sentido que la Justicia amainara su rigor con este terrorista mientras sus compinches siguen robando armas?

Convendría sugerir al gobierno que no establezca contradicciones que hagan más difícil el apoyo de los sectores de la opinión pública partidarios del diálogo para el final de la violencia. De Juana Chaos no tiene por qué tener un trato de favor solo porque él esté de acuerdo con que ETA pare de matar. Si escogemos la vía de estudiar caso por caso a los etarras que abandonen la violencia, ¿por qué negociar con la banda terrorista? Y si vamos a negociar con ETA, ya le llegará el turno a este individuo. Si procede.

La esencia del problema radica en la falta de autoridad con la que se está emprendiendo la negociación. En demasiados ocasiones da la impresión de que el presidente del Gobierno no quiere "enfurecer" a los terroristas y entonces les sugiere que busquen caminos para legalizar a Batasuna o se interesa por la suerte de un sanguinario terrorista.

Se echa en falta la firmeza de quien está convencido que esta batalla está ganada y esgrime la generosidad con el enemigo vencido como un mecanismo para evitar sufrimientos. Nosotros no necesitamos la negociación para acabar con ETA; sencillamente le estamos ofreciendo la última oportunidad de que desaparezcan más cómodamente. Pero no podemos hacer nada más por ellos ni por un asesino de veinticinco personas que se llama De Juana Chaos.

Carlos Carnicero