Actualizado 22/11/2006 01:01

Carlos Carnicero.- Una mala encuesta para Zapatero

MADRID 22 Nov. (OTR/PRESS) -

La fiabilidad del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) bajo la dirección de Fernando Vallespín se ha demostrado exquisita. Tanto en el referéndum del estatuto de Cataluña como en las elecciones en esta autonomía, la precisión de sus vaticinios ha despejado no solo cualquier duda que pudiera haber de sesgo o parcialidad política, sino que ha demostrado una excelente labor profesional.

Ahora el CIS señala que la diferencia de intención de voto entre el PSOE y el PP apenas llega a rozar el punto y medio. Algo que debiera ser extraordinariamente preocupante para el Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero porque se compadece mal con la bondad de la economía y con la gestión más que aceptable que está llevando a cabo el vicepresidente Pedro Solbes. Pero los problemas no se agotan para el PSOE en la intención de voto: la valoración de la gestión personal del presidente del Gobierno y de su equipo revela un serio descontento de fondo y una profunda desconfianza. El calendario es ya una carrera ininterrumpida hasta las elecciones generales que, si no media disolución anticipada de Las Cortes, debieran celebrarse en la primavera del año 2008. Las elecciones autonómicas y municipales serán, con toda probabilidad, el termómetro definitivo de la situación política española.

No es difícil precisar que la gestión de la reforma del Estatuto de Cataluña ha pasado factura al PSOE y, en especial, a su secretario general que se empleó personalmente en este asunto. La batalla por la comunidad y el ayuntamiento de Madrid va a tener algo más que lo inherente a la disputa de enclaves de poder cargados con una gran simbología. También ha sido el presidente quién ha decidido su protagonismo en estas lides al designar personalmente al candidato a la alcaldía de Madrid, al margen de las estructuras del partido. El éxito o el fracaso del candidato será también el del presidente del Gobierno de España.

Quizá lo más sorprendente que se puede observar en la encuesta del CIS es el firme suelo del que dispone el PP. Si con una deriva conservadora tan marcada se sitúa prácticamente en el empate técnico, ¿qué no podría conseguir Mariano Rajoy si afianzase un sólido liderazgo de centro?

Carlos Carnicero.

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