Actualizado 02/02/2007 01:00

Carlos Carnicero.- Las sospechas como política

MADRID 2 Feb. (OTR/PRESS) -

Mariano Rajoy volvió ayer a la carga sin que hubiera nuevos datos; manejó la sospecha como fuente de confrontación. Aprovechó su comparecencia en TVE para responder a una pregunta sobre la situación de la política antiterrorista indicando que tenía sospechas de que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero habría restablecido el diálogo con Batasuna. ¿Admite la política antiterrorista el juego de la sospecha o están ya demasiado presionadas las calderas como para inyectar vapor de esta naturaleza?

No hay ningún dato para la esperanza de un acercamiento entre el Gobierno y el PP. Las reuniones del ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, con Eduardo Zaplana, portavoz del PP, no convocan tampoco al optimismo. Es difícil creer que la diferencia en la forma en que puede llevarse a cabo el final definitivo del terrorismo sea un factor determinante de esta confrontación, sobre todo porque ese final no está próximo y la fase previa a ese momento de gestionar la derrota no acucia la necesidad de enunciar ahora un modelo político para la liquidación de los restos del terrorismo.

Es la sospecha la que impide el acuerdo. Sospecha desde el PP de las verdaderas intenciones del Gobierno y sospecha de éste de que el partido de la oposición, en plena carrera electoral, no colaborará en absoluto con el Gobierno sobre este asunto.

Sería imprescindible que el Gobierno explicitara su política antiterrorista, cosa que no ocurrió en el último debate parlamentario, y que el PP hiciera una revisión del obstrucionismo que aplica a este asunto de estado.

Carlos Carnicero.

Contenido patrocinado

Foto del autor

Fernando Jáuregui

Sánchez, al fin, sale a la ofensiva, pero ¿qué ofensiva?

Foto del autor

Antonio Casado

Memoria de Rubalcaba

Foto del autor

Fermín Bocos

Annus horribilis

Foto del autor

Charo Zarzalejos

Castillo de naipes