Actualizado 01/11/2006 01:00

Carmen Tomás.- La burbuja inmobiliaria

MADRID, 1 Nov. (OTR/PRESS) -

La preocupación por lo que pueda pasar en Estados Unidos -donde se han desplomado los precios de la vivienda y la evolución de la economía sufre una desaceleración importante- y sobre todo por la repercusión que va a tener en el resto de economías del mundo cada vez le afecta a más gente. El último en poner las cosas en su sitio ha sido el ex gobernador del Banco de España y brillante economista, Luis Angel Rojo. Dice que en España, de momento, las cosas van bien pero que no hay que descartar en Europa recortes en el crecimiento económico, si también el sector inmobiliario pincha. Para Rojo, ya hay alarmas encendidas, aunque piensa que las cosas se torcerán en año y medio o dos años. ¿Está nuestro gobierno suficientemente implicado, ocupado y preocupado por tomar medidas para evitar males mayores? No parece. La alegría con que se le cuenta a los ciudadanos lo bien que estamos y lo mejor que vamos a seguir estando no es decente. Los datos que proceden de Estados Unidos y algunos propios son alarmantes y deberían hacernos tomar buena nota.

En las últimas horas hemos conocido otro dato para la preocupación de las economías domésticas. En octubre el euribor volvió a subir hasta el 3,79 por ciento y ya se ha puesto en niveles de junio de 2002. Es un dato realmente negativo. Los ejemplos para hipotecas de 150.000 euros y a 25 años son de un sobrecoste anual de prácticamente 1.400 euros. En la realidad es mucho más, porque las hipotecas son mayores y a más tiempo. En todo caso, el endeudamiento, por más que nos digan desde el Banco de España y desde el Ministerio de Economía, preocupa a todo el mundo, así como la falta total de ahorro. Muy pocos venden ya sus pisos cuando quieren y en la cantidad que desean. La inflación nos está dando un respiro, pero también hay que contar con que el coste real del dinero, es decir descontada la inflación, es mayor, y los salarios subirán menos. Un panorama nada esperanzador para los presupuestos familiares. No ahora, efectivamente. Quien más quien menos puede ir salvando los muebles.

Los problemas pueden ser a futuro, un futuro no muy lejano desgraciadamente, y aún estaríamos a tiempo de tomar las medidas oportunas para que el pinchazo no sea brutal y global. A esto deberían estar dedicándole todo su tiempo en Economía en lugar de mandar emisarios de aquí para allá salvando la cara ante Bruselas a un gobierno que nunca debió meterse a interlocutor de empresario o a patrocinador de empresas. El tiempo que está perdiendo David Vegara en viajecitos para intentar arreglar los desaguisados es un tiempo precioso para preparar la economía de todos los españoles y no la de unos pocos.

Carmen Tomás.