Actualizado 08/04/2009 14:00

Carmen Tomás.- Un gobierno político y leal.

MADRID, 8 Abr. (OTR/PRESS) -

El presidente del Gobierno ha puesto el huevo. Y ha decepcionado. La renovación, el impulso, la sabia nueva que inspire confianza brilla por su ausencia. Lo que se ve es un gabinete de leales, muy políticos de forma que le permitan a Zapatero recuperar la descomposición que empieza a olerse en el Partido Socialista y desde luego tomar las riendas de un gobierno en el que la descoordinación y el descontrol campaba por sus respetos.

La composición del nuevo gobierno en lo que al área económica se refiere ofrece cualquier cosa menos confianza, algo de lo que no vamos precisamente sobrados y que es fundamental para recuperar algo de tranquilidad y sosiego. Desde luego la explicación del presidente sobre la crisis económica no hace más que confirmar que es un asunto que en este momento y a pesar de la que está cayendo en forma de paro no es la prioridad. De hecho, tras sus palabras el cuerpo te pide preguntarte para qué queremos una vicepresidenta económica. Y me explico. Dice Zapatero que contra la crisis ya ha hecho todo lo que tenía que hacer y que de ahora en adelante será el G-20 el que nos dictará las medidas a tomar. La política económica será concertada, añade, y se compartirá. Pues oiga con una secretaría de Estado bastaba y sobraba, porque la austeridad no es tampoco el principal rasgo de este nuevo gobierno.

Se confirma además con nombres como Blanco, Jiménez, González Sinde o incluso Salgado que los conocimientos o la experiencia en los asuntos encomendados es indiferente. Que da igual con tal de que seas leal y estés dispuesto a tragar carros y carretas. Si no piensan por si mismos, mejor. Así es que ahora descubrimos que José Blanco está dotado de sensibilidad política o que la educación es la variable fundamental a tener en cuenta para el futuro de este país o que hay que buscar la cohesión y el diálogo entre los territorios y que para eso está Chaves, que deja Andalucía como un auténtico erial, o que no debe haber diferencias entre españoles independientemente de dónde se viva. Hay que fastidiarse.

No tengo ni idea si Zapatero conseguirá sus verdaderos objetivos con este cambio de gobierno, si logrará recomponer el partido que empezaba a mostrar su cara en Cataluña y en Andalucía y que tras la pérdida de Galicia o la filtración de su remodelación aprovechando su gira mundial era más que preocupante. De lo que estoy convencida es que nos queda crisis económica para rato y que sus efectos más devastadores en términos de empleo y de déficit nos acompañarán años.