MADRID 8 Jul. (OTR/PRESS) -
La bolsa española parece que ha comenzado julio con optimismo. El IBEX empieza la próxima semana desde los 15.000 puntos, después de haber ganado más de un 1 por ciento en la última sesión y un poquito más en la semana. Es cierto que el volumen de negocio ha sido bastante escaso. No sólo ya hay espíritu de vacaciones sino que los inversores aguardarán para tomar nuevas decisiones a la publicación de los datos de las empresas del primer semestre. Los miedos a los datos macroeconómicos no parece que de momento hagan mucha mella. Habrán de ser más los que confirmen o desmientan que nuestro país puede entrar en un momento más peliagudo del vivido hasta ahora. Estamos ya en campaña electoral, con algunos ministros fuera del Gobierno (nada relevante) y con los presupuestos del año que viene en la cocina. Si no hay adelanto electoral, las negociaciones con los nacionalismos se pondrán duras y éstos estirarán todo lo que puedan ahora que además hay superávit. Sin embargo, la crisis inmobiliaria acecha, el poder adquisitivo de los salarios ha perdido fuelle y la creación de empleo también.
Desde luego, nada que ver con la España de Zapatero. Hemos sabido además que las cifras que manejó en el debate sobre el estado de la nación pertenecían a un informe de la OCDE de 2005. Pero, ¿qué más da? La mentira se ha instalado y quizás muchas veces repetida la gente se la crea. Es lo que deben pensar, porque aquí no ha pasado nada. Todo íba de maravilla, viento en popa y sin embargo el presidente ha cambiado tres ministros. Es verdad que son carteras con las competencias muy traspasadas. Pero, la vivienda, hay que recordar que era un empeño de Zapatero y es donde se puede o se debe intervenir menos y será -lo está siendo ya- donde el mercado decide por donde van los tiros.
En todo caso, con la ministra anterior o la que viene, los precios están cayendo porque hay menos demanda y las hipotecas no paran de subir detrayendo recursos de las familias que antes iban al consumo, pata imprescindible del crecimiento económico. Veremos qué ocurre y cómo evolucionan las cosas si se produce esa anunciada subida del precio del dinero después del verano.
Carmen Tomás