MADRID 6 Dic. (OTR/PRESS) -
Es absurdo, increíble y sorprendente que una subida del recibo de la luz del calado de la que el Gobierno pretende, se haga de una forma tan descordinada y se produzca el espectáculo de una guerra de guerrillas entre ministerios y de los ministerios con Moncloa. ¿Es que este Gobierno no se reúne, no prepara los temas antes de lanzarlos a la opinión pública, no habla con los sectores implicados, no evalúa el impacto que pueda tener en la opinión pública, no sabe explicar las cosas?
Aún suponiendo que los españoles estemos pagando el recibo de la luz por debajo de sus costes reales no se ha explicado por qué, por qué ahora, por qué en esa cuantía. Porque si se ha realizado un estudio y es serio y comprometido, cómo es que tardan menos de 24 horas en decir lo contrario. ¿Es que ya no hace falta la subida, es que era demasiado, es que ahora no conviene, es que unas horas ya no importan los costes reales de la energía? Por cierto, ¿qué pintan Moraleda y De la vega explicando que la luz va a subir como el IPC? ¿Dónde están Solbes y Clos? Es todo tan ridículo que el desconcierto es monumental. A nadie se le oculta además que en este momento el sector eléctrico vive una auténtica fiesta con las opas, contraopas, con el ladrillo ahí metido al calor de las ganancias. ¿Es qué vamos a pagar los españoles, todos, la fiesta? El año pasado el recibo de la luz ya subió un 6 por ciento, ya hay antecedentes de una fuerte subida ¿debemos creer que en 2007 únicamente va a subir el recibo el IPC? La verdad es que resulta complicado creerlo viendo el descontrol que se gastan en el Gobierno.
Lo que está claro es que el año que viene va a ser complicado y a la subida de la luz se unen las hipotecas, el gas natural, el butano y todo lo que arrastrarán estas subidas. La morosidad ha empezado a subir por las dificultades de algunos de afrontar la subida del coste de la hipoteca y el empleo se ha torcido, fruto de que vencen los contratos de la regularización. El país de las maravillas, el del 3,8 por ciento, empieza a hacer aguas y el Gobierno preocupado de beneficiar a los poderosos. Ya pagamos en el recibo de la luz el parón nuclear, soportamos caídas espectaculares y tercermundistas de la red ¿qué vamos a pagar también a las constructoras, que ya se han forrado con los precios de la vivienda, sus ansias de beneficios en el sector eléctrico? Debe ser la política social de Rodríguez Zapatero.
Carmen Tomás.