MADRID 14 Sep. (OTR/PRESS) -
No hay más que ver como ha recibido el mundo político, social o mediático que rodea a la banda terrorista ETA la noticia de la liberación de José Uribetxeberría Bolinaga, uno de los cuatro torturadores/secuestradores de Ortega Lara, para llegar a la conclusión con la que titulo esta columna. Triste, muy triste, pero es así. El gran vencedor de este indigno episodio es ETA y su mundo; el gran perdedor, las víctimas del terrorismo -empezando por las víctimas directas de Bolinaga, que además de Ortega Lara fueron tres guardias civiles- y con ellas, toda la sociedad española que ha sabido durante estos años sufrir estoicamente el dolor producido por el terrorismo etarra.
En estas horas, donde la indignación social es grande, conviene recordar que en el inicio del proceso que ha llevado a la Audiencia Nacional a conceder la libertad condicional a Bolinaga, está una decisión política del Gobierno de Rajoy, a través del Ministerio del Interior, al conceder a finales de agosto el tercer grado penitenciario a este terrorista que ni se ha arrepentido de sus crímenes, ni ha pedido perdón a las víctimas. Dicho de otra forma, si se ha llegado hasta donde se ha llegado, es porque el Gobierno lo quiso, cuando la ley no le obligaba a ello.
La pregunta que muchos ciudadanos pueden estar planteándose es: ¿por qué Rajoy está haciendo esto?; ¿por qué no hace en la política antiterrorista lo que hizo, por ejemplo, otro Gobierno del PP presidido por Aznar? Y la respuesta a estos dos interrogantes no puede ser otra que Rajoy ha decidido heredar en esta cuestión la "hoja de ruta" de Zapatero, lo que lleva aparejado cumplir los compromisos que el anterior presidente del Gobierno había asumido con ETA. Esto, que puede sonar duro, es perfectamente compatible con afirmar que Rajoy no está negociando con la banda terrorista como abiertamente lo hizo su antecesor en la Moncloa. No le hace falta. Simplemente tiene que administrar el llamado "proceso" iniciado por Zapatero e ir haciendo una serie de gestos hacia la banda terrorista, para que esta no se plantee volver a matar.
Quizás Rajoy no ha valorado suficientemente bien el hecho de que los ciudadanos son enormemente sensibles con esta materia y que el nivel de indignación y desconcierto entre sus votantes y los que no lo son es grande. En términos políticos y electorales, la liberación del etarra Bolinaga y todo lo que pueda suceder en las próximas semanas, le va a costar al PP muchos votos. Pero siendo esta razón de orden táctico-electoral, hay otro motivo de mucho más calado moral y ético que debería hacer rectificar al presidente del Gobierno y que no es otro que respetar la Memoria, la Dignidad y la Justicia que son debidas a todas las víctimas del terrorismo.