MADRID 9 Nov. (OTR/PRESS) -
El PP parece decidido a no dar un paso atrás en su estrategia de convertir los plenos parlamentarios de control al Gobierno en un monográfico sobre el minuto, tiempo y resultado del llamado proceso de paz. Como estrategia de oposición me parece un poquito tramposa, y peligrosa. El papel de la oposición, evidentemente, es criticar al Gobierno. Pero todo lo que debilite la posición del Gobierno frente a ETA fortalece a la banda. Y sembrar dudas sobre la legalidad de cada paso y hasta de las intenciones del presidente Rodríguez Zapatero al son de cada comunicado de ETA o de cada declaración de Batasuna, como hace el PP, debilita desde mi punto de vista la posición del Gobierno en el "proceso"
A estas alturas me parece que a la inmensa mayoría de los ciudadanos nos importa más que se acabe esta división suicida que averiguar si "la culpa" es más de Zapatero o de Rajoy, todos tenemos ya criterio y opinión formados sobre este aspecto concreto de la cuestión. Desde el último comunicado de ETA, sin embargo, mi impresión es que el presidente está tratando de rectificar el gran error de meterse en "el proceso" sin el respaldo del líder de la oposición. Y creo que ayer, en el Senado, situó el problema en unos términos que podrían ser un buen punto de encuentro para volver a la vieja unidad de los demócratas. En respuesta al PP, Zapatero aseguró que el Gobierno se tomará "el tiempo que haga falta" para verificar que ETA tiene una "voluntad inequívoca de dejar para siempre la violencia" antes de dar un solo paso más. Y en los pasillos, a preguntas de los periodistas sobre De Juan Chaos, admitió que las sentencias contra los etarras pueden ser factores que "dificulten" o que hagan que "el proceso requiera mayor tarea o esfuerzo", pero sentenció que "el problema de fondo es la voluntad de ETA de dejar las armas".
Que el presidente del Gobierno tiene el derecho y el deber de explorar si ETA va en serio para mí está tan claro como que el líder de la oposición está obligado a ayudarle, no solo a avanzar (suponiendo que se de la posibilidad de hacerlo, es decir, si ETA deja las armas para siempre) si no también, como en mi opinión es el caso, a "sacar la pata". La única posibilidad, por remota que sea, de que "esto" salga bien, es con el PSOE y el PP juntos y todos los demócratas de este país arropándoles como una piña. Y, si sale mal, que ojalá no, juntos tendrán (y tendremos) que apretar los dientes y volver a empezar.
Consuelo Sánchez-Vicente.